viernes, 25 de abril de 2008

MIS TEXTOS:"PAPI"

Así como llevamos a la tumba el recuerdo de un “amor que no fue”, todos llevamos a la tumba el recuerdo de un “cariño perruno”.

Fue un cariño a primera vista, de niño temía a la oscuridad y a dormir solo, el pequeño can terminó con mia miedos, durmiendo al pie de la cama, y muchas veces sobre ella.

Lejanos están aquellos tiempos de triciclos y primeras bicicleteadas, Papi tenía sus “puntos” entre mis compañeros de juego, a quienes correteaba según su ánimo, aunque más de una vez tuve que evitar que alguno de ellos le lanzara una piedra o lo golpeara con un palo, un pequines no impresiona mucho. También era curioso verlo enfrentar a perros mucho más grandes, claro que en esos casos siempre estuve presto a auxiliarlo.

La suerte le sonrío a mi pequeño amigo, una de sus congéneres llegó a casa, con la cual formó familia y aunque fue un “pisado”toda su vida, creo que pasó muy buenos momentos.

Pasó el tiempo, llegaron los dieciocho y en ese lapso de tiempo mi peludo amigo apareció en multitud de fotos, pero el ingreso a la universidad cambio muchas cosas, ya casi no lo veia , se le cayeron varios dientes y estaba casi ciego, al verlo tan desmejorado evoqué viejos tiempos, lo tomé en mis brazos, subí a una combi y lo llevé al parque zonal, lo dejé correr, aunque lo tuve que sacar de más de hoyo, compartimos antiguas golosinas, las que le gustaban (pastel y chupetes). Después de una tranquila mañana regresamos a casa. Demás está decir que en la combi no fuimos bien vistos, ¿habrá sido por el barro?, la señorita de lado no se quejó. Pero escuché algo que dijo un niño y tantas veces escuché en el pasado; algo que me hizo muy feliz y que habría hecho feliz a mi perro, si entendiera el lenguaje humano:
- ¡Qué bonito perro!

A las pocas semanas murió; y que me disculpe mi abuela, que falleció por esos días, pues lloré más por el perro que por ella, no recuerdo haber derramado tantas lágrimas por nadie, había muerto mi perro, fueron casi once años, se había ido lo último que me quedaba de niño.

Una noche soñé con él, sabía que era un sueño, después de subir a una montaña, lo vi correr en un hermoso valle, lo tomé fuerte y bajé con él, pero al llegar al pie de la montaña ya no estaba.

Espero verte luego amigo.

Beto

No hay comentarios: