sábado, 28 de diciembre de 2013

OJOS PARA VER: "Lima Cómics 2013". En el MAC, 16 de noviembre


MÚSICA: "Super Freak" de Rick James

VIDEO: "Omelette" de Madeline Sharafian

Omelette from Madeline Sharafian on Vimeo.

UNA FRASE

"UN CABALLO, UN ARMA, UN LIBRO, UN LAÚD, UNA FRASE, UN HOMBRE O UNA MUJER  SON BUENOS O MALOS SEGÚN EL HOMBRE QUE LOS EMPLEA".

Panchatantra

MIS TEXTOS: "Mery"




















Vivir en la zona industrial de Lima Norte tiene sus limitaciones, hay muy pocas personas con las cuales poder conversar, la verdad, casi no hay nadie .

Al frente de  casa existía un extenso terreno rodeado de adobes, adobes tan anchos y resistentes sobre los cuales de niño solía correr sin temor a caerme. En aquel gran páramo podíamos volar  nuestras cometas y también solía ser el escenario de nuestras aventuras.

Pasaron los años y en aquel gigantesco  espacio se instalaron más fábricas que pronto se integraron a este gran organismo que no conoce el silencio, en la zona industrial el sonido de los motores son  como los latidos de un corazón, nunca se detienen.

En aquel lugar, cual moderno Evaristo, era muy difícil desarrollar mis habilidades sociales con el sexo femenino, en castellano, la tenía difícil para conseguir pareja.

Luego de las clases, me pasaba la tarde y la noche en la bodega de mi padre. En aquel tiempo no había Internet y el cable no había llegado aún. Mi única diversión,  lo constituían los libros, me apasionaban las historias de Julio Verne y Salgari, viajaba por el mundo con ellos, tanto así que era el único en mi aula que  había ya aprobado geografía con honores en el tercer período. Una tarde mientras trataba de entender un  extraño libro de metafísica que mi padre me había regalado, una chiquilla , de buena presencia, como diría él, golpeó la reja.
—Disculpa, ¿podrías atenderme?
—Claro
—¿Qué haces?—me preguntó.
—Leyendo algo —se lo dije con un tonito de ironía, pues a simple vista  me parecía que ella  no había leído más que sus textos escolares. Para mi sorpresa, me  enumeró algunos de  los libros que había pasado por sus manos.

Mery era muy delgada, como toda chiquilla de quince años, o catorce. Lejos de su larga cabellera negra y su tez clara lo que más llamaba mi atención era el modo distinto que tenía de hablar, sus palabras y  la forma en que las decía. Además usaba unas faldas muy largas, luego me enteré que se había acostumbrado a llevarlas así, pues en el colegio donde estudiaba eran muy estrictos respecto a eso.

Sus padres eran los dueños de la fundición que recién se había instalado frente a casa. Ellos vivían en otro distrito, como muchos vecinos de la urbanización, pues en la zona industrial lo dueños generalmente viven fuera y sólo van a supervisar el trabajo de sus fábricas o talleres de día.

Hicimos buena amistad, como ambos ayudábamos en casa era curioso vernos en el verano, por un lado ella sudorosa y llena de ceniza; por el otro lado yo, con unos guantes gruesos, con hielo en el cabello y la ropa mojada, mi padre tenía en aquel tiempo una pequeña  fábrica de chupetes y helados.  Eso de que los polos opuestos se atraen era cierto.

Las partidas de ajedrez y de fulbito de mesa , mis pasatiempos, se volvieron más animadas, ella era mi público, mi fan, ella y su botella de agua, allí  recién le cogí el gusto a esas bebidas. Luego de las partidas, si ella estaba de buen humor, me invitaba algo de mi propia bodega. Un día, mientras nos despedíamos, no coordinamos bien el movimiento de  nuestras cabezas y nos dimos un beso.

Los veranos se llenaron de color, pero los veranos también dan paso a otra estación, mas la amistad, la confianza y los detalles perduraron, ojalá y pudiera decir lo mismo de mis demás relaciones. Ahora que la bodega es mía, hay un chiquillo que vive con sus abuelos y de vez en cuando visita mi bodega. Charlamos de todo un poco, hablamos de la escuela, de la fundición, bromeamos de su madre, pero no hablamos de libros.

Beto

LITERATURA: "En los castillos de arena" de José Hidalgo


















En los castillos de arena
que se alzan
mirando al mar,

       los torreones
       no tienen
       cañones
       para apuntar.

En los palacios de arena
donde princesas arañas
salen todas las mañanas
       a cantar
   
       las murallas
       no tienen
       metrallas
       para disparar.

En los fortines de arena
hechos con alegría
         plena
de los niños al jugar,

       las almenas
       no tienen
       batería
      para matar.

QUE PASÓ ESTA SEMANA














Acaba de pasar Navidad y ya en casa se están haciendo los preparativos para la noche de Año Nuevo. Mis bolsillos como todos los años por estas fechas están exhaustos, pese a las promesas de medirme en los gastos siempre termino igual, y creo no ser el único.
Movilizarse en estos días ha sido terrible, incluso  he visto una pequeña procesión de autos desfilar por la calle que está frente a casa. Los centro comerciales han estado abarrotados de gente que parecía poseída, no del espíritu navideño sino por un fiebre que los inducía a comprar, comprar y comprar. El no tener dinero no ha sido un impedimento no, para eso estaba la tarjeta de crédito.
Este año quise ser fuerte y medirme en los gastos, total odio desplazarme con tanto tráfico y eso ayudaría mucho, pero de nada sirvió, a dos cuadras de casa hay un nuevo centro comercial, ya no había que caminar mucho y nuevamente sucumbí.
No todo fue malo, mis sobrinos recibieron muchos y merecidos  regalos, y también pudimos darle un lindo obsequio  a mi padre, da gusto verlos con sus juguetes nuevos, incluyendo al septuagenario. Pero creo que habría que buscar otra fecha para celebrar el nacimiento del Niño Dios, total, lo más probable es que haya nacido en otra fecha.

CINE: "El hobbit: la desolación de Smaug" de Peter Jackson


ARTE: Pablo Picasso. "Las señoritas de Aviñón", 1907, Museum of Modern Art, New York.