Recientemente el
gigante brasileño Odebrecht reconoció ante el Departamento de Justicia de
Estados Unidos haber “aceitado” a funcionarios de nuestro gobierno para hacerse con grandes obras de
infraestructura, entre los años 2 005 al 2 014. El monto en coimas asciende a
29 millones de dólares.
La noticia era un
secreto a voces. Sin embargo, ha remecido nuestra política porque involucra a
varios gobiernos (Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala) y no se limita
sólo al gobierno central, sino que también al de nuestra capital. Parece que
todos saldrán salpicados o chamuscados de una u otra manera. Los que hace poco
se erguían como guardianes de la moral de nuestra política ya no alzan la voz,
tímidamente, obligados por las circunstancias, piden que se realicen las
investigaciones.
Un panorama desolador
y un gran reto para democracia. La pregunta es: ¿Estará a la altura? Lo más
seguro es que nuevamente escapen los peces gordos, todo el andamiaje de nuestro
sistema los blinda. Me gustaría esta vez equivocarme
No hay comentarios:
Publicar un comentario