Soldado de plomo,
siempre tan quieto,
siempre guardando silencio
¡¿Acaso te castigó tu sargento?!
Aún así, inmóvil,
pareces mirarnos atento,
presto a cumplir una orden,
presto
a realizar una acción importante.
No te preocupes, soldado,
eres de todos afortunado,
tus ojos no verán el fuego de las bombas,
ni llorarán la muerte de un camarada.
Tu lindo uniforme no se estropeará,
ni jamás te teñirás de rojo,
tu corazón nunca se manchará.
Sonríe, ¡no irás a la guerra!
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