Se cumplió un año más de nuestra independencia, y para no ser mezquinos los últimos gobiernos han seguido una política económica seria y responsable que han llevado una mejora sustancia en la economía de muchos hogares. Sin embargo, parece que no hay receta contra la delincuencia, contra la corrupción y la marginación de grandes sectores de nuestra población.
Nuestro sistema educativo y de salud brindan un pésimo servicio, la justicia tiene precio y la inseguridad es un sentimiento que compartimos todos.
Se ha avanzado mucho, es cierto, ojalá que por fin demos el gran salto y no sea sólo otra oportunidad perdida.
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