Nadie es infalible, eso quedó demostrado con la suspensión, por parte de la Municipalidad de Lima, de las revisiones técnicas que venía realizando la empresa española Lidercon.
Cada parte tiene sus argumentos, al final un arbitraje decidirá quién tiene la razón, lo que si es cierto es que el señor Alcalde cometió varios errores desde un inicio: se permitió un monopolio, no se hizo un estudio conienzudo de los costos, ni la capacidad necesaria para realizar dichas revisiones. Las bases establecian instalar tres plantas para realizar dichas revisiones, la realidad demostró que esto era insuficiente.
El señor Castañeda venía relizando una buena gestión en la capital, se definía como técnico más que como político, pero después de este traspiés muchos se preguntan:
¿No le quedará grande el fajín presidencial?
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