sábado, 9 de febrero de 2008

MIS TEXTOS: "UN EXAMEN MEMORABLE"

Siempre he tratado de ser honesto en mis exámenes, tal vez por ser un moralista recalcitrante y también por la vanidad de ser autosuficiente.

Molina se apellidaba nuestro profesor de análisis matemático y por nuestras fuentes sabíamos que se caracterizaba por realizar verdaderas “masacres” por donde pasaba.

Molina aprobaba con 08 ,nos lo dijo desde el principio.Como éramos un buen grupo y la mayoría tenía buenos promedios, nos alistamos para superar este nuevo escollo, confianza que se hizo agua,al inundarnos desde el principio con 02 y 04, notas inaceptables para muchos.

Por todo esto nos esforzamos al máximo y realmente empezamos ha estudiar, la biblioteca fue “tomada” por la base y los libros de matemática tuvieron su “boom”, era normal ver reunidos a nuestros compañeros en pequeños grupos buscando un lugar donde… ¿estudiar?

Nuestro grupo también e preparó para el examen sustitutorio, porque el parcial lo jalamos absolutamente todos. Teníamos a “cerebro”,nuestro lobo estepario, que ante la amenaza se unió a nosotros; también estaba Gazcón, que estudiaba muchísimo, pero siempre salía mal,y esta vez no fue la excepción, lamentablemente; Oswaldo, que era infaltable en todos los sustitutorios; Abraham, que era uno de los que sabía , y nos enseñaba; y yo,que hacia mía la frase de Sócrates:”solo se que nada se de matemáticas”.Nos motivamos muchísimo para el examen,jalarse era retrasarse un año, nos esforzamos al máximo.

El día del examen vimos algunos refuerzos, las chicas habían llevado gente de ingeniería de otra universidad, pero más sabe el diablo por viejo que por diablo, así que nuestro profesor pidió carnés universitarios y los refuerzos tuvieron que retirarse intempestivamente.Sin embargo no faltaron algunos acordeones, apuntes en los tableros o en las paredes, los papelitos corrían por debajo de las mesas; pero mi grupo conservo la disciplina y no cayó en esas bajezas.

Trate de contestar lo mejor que pude, resolví la mayoría de los ejercicios, aunque no estaba muy seguro de mis respuestas.

La semana siguiente, al ingresar al salón, recibí un abrazo inesperado de Amparo, la delegada del curso, una esas chicas que combinan bien inteligencia, belleza y sencillez.- ¡Oye Beto! ¡Te felicito! Has sacado la nota más alta del salón.Complacido, más por el abrazo de Amparo que por la nota, lo confieso, solo atine a decir: gracias.Me convertí en el personaje del dia, pero la gente de mi grupo no fue tan afectuosa como Amparo, la mayoría saco bajas notas, incluso “cerebro” y Abraham”, pero se dieron otras oportunidades y ellos las aprovecharon bien.Por cierto, me saque… 16.

BETO

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