Ya quedan pocas semanas para la elecciones presidenciales
y la oferta electoral se ve muy
pobre. Hay algunos candidatos que destacan por su capacidad, por su
emprendimiento, por su capacidad de convencimiento o algunos
por su empatía e identificación con algunos sectores, mas si estas son sus
fortalezas también tienen de las otras, que incluso superan a las primeras, y
de lejos.
Debilidades como la doble
moral, intereses soterrados, improvisación y precariedad, carencia de cuadros competentes y otros son verdaderas
incógnitas, que pareciera que lo único que buscan es congraciase con todos.
Demás está decir que la mayoría coincide en continuar el modelo
que ha predominado por más de veinte años, a excepción de la “izquierda”, que
aún carece de la madurez para convertirse en una verdadera alternativa.
Hemos oído muchas veces de nuestro mayores la vieja frase: “Más
vale lo malo conocido que lo bueno que conocer”. Parece ser que frente a una
peligrosa y costosa aventura es la mejor
opción.
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