Nuestro país viene saliendo tal vez de una de las bonanzas económicas más grandes de su historia y muy poco es lo que se ha hecho. Se ha gastado gastado gran parte del dinero en programas sociales, pero en lo que respecta a la atención de salud, educación e infraestructura no hay mejoras significativas. La sensación de inseguridad en las calles y la corrupción de funcionarios oscurecen cualquier logro o mejora económica.
Hemos perdido cinco años, hay que reconocerlo, culpable no es el Presidente y la pequeña camarilla poco competente que lo acompaña, culpables somos nosotros por haberlos elegido. A pensarlo mejor la próxima vez, cuidado con tropezar con la misma piedra, aunque en nuestro país todo es posible.
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