sábado, 10 de agosto de 2013

QUE PASÓ ESTA SEMANA


 












Hoy no tuve clase de italiano y al disponer  de tiempo libre  decidí tomar un bus y visitar la vieja Lima, algo impensable hace algún tiempo, algo que ahora hago más a menudo y que disfruto mucho.

Cuando visito Lima, lo hago  como uno de esos turistas que no paran de llegar,  reparo en los más mínimos detalles: la vieja arquitectura, los negocios,  las fachadas de nuestras tantas iglesias, los espectáculos callejeros, los  bares. También ingreso a los centros culturales, que los hay. Me siento maravillado de mi vieja ciudad y feliz de ser uno más de este “monstruo de un millón de cabezas”.

Frente a otros lugares que derrochan modernidad y dinamismo, nuestra vieja ciudad ofrece misterio, historia y grandeza.

Digan lo que digan, nuestra ciudad es única y tiene ahora otra cara. Los invito  a perderse en sus viejas calles.

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