domingo, 7 de noviembre de 2010

MIS TEXTOS: "LA SELVA DE LOS CHACALES"

Aquel bosque era muy distinto a Selva Nueva; los árboles estaban muy cerca uno de otros, varias veces se encontraron con verdaderas «paredes verdes» que les bloqueaban el paso; había mucha humedad y calor.
Lobo, confiando en su fuerza, iba delante del grupo, mientras que Conejo no se separaba de Zorro, parecía un niño siguiendo a su madre. De pronto Zorro detuvo su marcha. La tierra empezó a temblar, Conejo y Zorro buscaron un lugar dónde esconderse, pero Lobo no se movió.
—¡Ven con nosotros! —gritó Conejo.
—¡No tengo por qué hacerlo! —respondió Lobo—. ¡No tengo miedo!
Zorro se acercó a Lobo y mirándolo fijamente le dijo:
—Amigo, no confundas el valor con la locura… si tú no te mueves de aquí, yo tampoco me moveré.
¡Bromm bromm bromm! La tierra empezó a temblar con más fuerza, una manada de elefantes apareció frente a ellos. Al ver a aquellos monstruos tan cerca y a Zorro junto a él, Lobo gritó a su compañero:
—¡Vámonos de aquí! —los dos rápidamente se reunieron con Conejo detrás de unas rocas y esperaron que aquellos gigantes terminaran de pasar.
Después de algunas horas y siguiendo las indicaciones de Búho llegaron al territorios de los chacales, animales que en grupos son muy temibles y que por su agudo olfato seguramente ya habrían detectado la presencia de los selvanos, había que actuar rápido.
—¡Pronto! —dijo Zorro a sus compañeros—. Según Búho, en esa gran cueva encontraremos cientos de rocas negras, sólo necesitamos llevar una para ganar la prueba.
Cada uno cogió con el hocico una de aquellas rocas e iniciaron rápidamente el regreso. Pronto llegaron a un claro en el bosque donde un terrible espectáculo detuvo a los aventureros.
Una loba y una pantera luchaban ferozmente... Mientras ambos animales estaban de pie la lucha estaba igualada, pero cuando la pantera derribó a la loba, Zorro exclamó:
—¡Está perdida! —y era verdad, en el suelo la ventaja era del felino, quién con sus garras rasgó repetidamente el pecho de su rival. La loba, jadeante quedó inmóvil sobre la hierba
Conejo asustado se había colocado detrás de Zorro, mientras que Lobo, inmóvil, empezaba a enfurecerse cada vez más.
—¡Ya la venciste, déjala en paz! —gritó Lobo.
—Este no es asunto tuyo, ¡láaaargate o también te mataré! —contestó la pantera.
Antes que Zorro pudiera hacer o decir algo, Lobo se abalanzó sobre su rival, derribándola con un golpe terrible. Luego, evitando ágilmente sus zarpazos, clavó los dientes en su cuello y la mató.
Todo sucedió muy rápido, Conejo, mudo, no paraba de temblar, mientras que Zorro se acercó a la loba.
—Lobo, aún esta viva, quiere hablar contigo —llamó Zorro a su compañero y se alejó.
—Gracias por salvarme —exclamó la moribunda.
—Ese animal era muy peligroso para enfrentarlo, ¿Por qué no escapaste? —la loba señalando con la cabeza un gran árbol le dijo:
—Mis cachorros están ahí, la pantera los hubiera matado… ¿De dónde vienen ustedes?
—Venimos de un bosque llamado Selva Nueva.
—¿Cómo es ese lugar?
—Es un valle hermoso, rodeado por el desierto, el mar y una Gran Roca desde donde se puede ver la luna.
—¡Por favor! Llévate a mis cachorros a Selva Nueva y cuídalos por mí —Lobo se quedó callado un momento, pero luego asintió con la cabeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que enternecedoraaaaaaaaaa.
Felicidades por el blog,esta muy bien.