domingo, 3 de octubre de 2010

MIS TEXTOS: "EL INICIO DE UNA AMISTAD"

Al salir el sol, los tres animales iniciaron su viaje, y aunque se miraban con desconfianza, tampoco se alejaban él uno del otro, el silencio reinaba en el grupo. El más preocupado era Conejo, y tenía razones para estarlo, a su lado estaban los dos animales más fuertes y valientes de Selva Nueva, no veía la forma de vencerlos.

Lobo no conocía el miedo, era capaz de enfrentar a cualquier animal. A veces se volvía violento y pobre de aquel que se cruzara en su camino, en esos momentos, el mismo León evitaba su encuentro. Sin embargo, nunca abusaba de su fuerza, jamás se le vio lastimar un animal pequeño. Nadie sabe de donde vino, parece que llego a Selva Nueva siendo un cachorro. Era un ser solitario, y no por culpa suya, los demás animales le temían.

Zorro era distinto, los animales lo querían y respetaban mucho, siempre buscaban su consejo. Su padre fue su maestro, le enseñó a burlar las trampas, escapar de las emboscadas, vencer a oponentes más grandes y buscar una respuesta para cada problema. Además, sabía muchas historias, solamente Búho lo superaba, y eso porque Búho era muy viejo, tan viejo como Selva Nueva.

Después de varias horas y agobiados por el calor, los selvanos se detuvieron a descansar en los límites de Selva Nueva. Aprovechando el alto en el camino, Zorro se dirigió a sus compañeros y les dijo:
—Amigos, vamos a ingresar a una tierra muy peligrosa, es cierto que estamos en una competencia, pero hagamos un trato que nos beneficie a los tres.
— ¿Qué propones? —preguntó Lobo.
—Aunque seamos fuertes y valientes, si cada uno va por su lado, de seguro no todos regresaremos a casa, pero si vamos juntos y nos ayudamos mútuamente, podremos enfrentar a cualquier enemigo y cumpliremos nuestra tarea.
—¿Y quién será el ganador? — preguntó Conejo.
—¡El mejor! , confíen en mí, lo reconoceremos.
—Estoy de acuerdo –chilló Conejo aliviado —. He escuchado que esta selva esta llena de animales feroces. Además, sólo siguen la ley de la carne y se matan los unos a los otros.
—Es verdad todo lo que dicen de ti —habló Lobo dirigiéndose a Zorro—. Eres sabio y te preocupas por los demás, no es necesario que muera ninguno de nosotros, haré lo que dices.
—Y tú no eres un asesino— contestó Zorro sonriendo.
—¡Yo también pienso lo mismo! —agregó Conejo, brincando alrededor de sus compañeros—. Ahora estoy más contento, ¡si estamos unidos, nadie podrá con nosotros!
—Amigos, es hora partir —indicó Zorro— debemos aprovechar la luz del sol, ya descansaremos en la noche.

Los selvanos, ahora más juntos y animados, se internaron en la espesa jungla e iniciaron su aventura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Linda historiaaaaaa!

Anónimo dijo...

Como en la vida misma.Muchas veces hay que hacer fuerza común para lograr nuestras metas.Gran mensajeeeeee,.

ME ENCANTA EL BLOG.