domingo, 31 de julio de 2011

MIS TEXTOS: "EL DESFILE INTERNO"


Los desfiles internos que realizamos en la escuela por fiestas patrias siempre alteran mis nervios, la causa: mis pupilos están muy lejos de ser intrépidos y marciales, los pobrecillos no tienen culpa, ellos imitan a quién tienen frente, culpable es el maestro que les tocó, uno que tiene poco de soldado y mucho de poeta.

Mientras pasaba revista a mi desordenada tropa reconocí a un pequeño bribón, causante de haberme causado más de un dolor de cabeza, así que buscando prevenir alguna “catástrofe” decidí separarlo del batallón, para ello le asigné la tarea de llevar las mochilas que algunos de sus compañeros habían olvidado dejar en el aula. Solucionado el problema, y esperando esta vez un desempeño decoroso, nuestro batallón inicio la marcha, conmigo a la cabeza.

La sonrisas primero y las carcajadas de los asistentes después se me hacían inexplicables -tampoco marchábamos tan mal, pensé- al girar la cabeza y mirar hacia atrás encontré mi respuesta: nuestro batallón era el único que viajaba con provisiones, detrás de sus compañeros, y sin perder el paso, venía el niño al que encargué las mochilas, el chicuelo a pesar de estar todo cubierto de bultos movía a duras penas los brazos y se esforzaba por marchar… y no lo hizo tan mal.

Beto

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajja que niños.