Nuestro país celebra un aniversario más de independencia, desfiles por todas partes, centros comerciales abarrotados y discursos presidenciales nos hacen creer que el tránsito al próximo escalón de desarrollo está a la vuelta de la esquina.
Sería mezquino no reconocer los avances en materia económica que han tenido una seguidilla de gobiernos en los últimos años, gobiernos que van desde el vitupereado Fujimori hasta el actual caudillo aprista, sin embargo, lo que aparece frente a nosotros es crecimiento, aún es un salto cuantitativo.
¿Seguro médico universal?, ¿pero un seguro de calidad? ¿Y que hay de los cientos de niños que mueren de frío en la serranía?, ¿acaso ellos son peruanos de segundo orden? El problema de seguridad no se arregla con más dinero a la policía, hay que expectorar a sus malos elementos, urge legislar en materia de seguridad. Nuestro Poder Judicial no ha experimentado cambios sustantivos,y pobre de aquel que caiga en sus tentáculos. Los congresistas, salvo algunas excepciones, parecen estar más interesados servirse que en servir, ¿no contamos con cuadros más competentes? ¿Y que hay de nuestros ciudadanos?, es cierto, la clase media ha crecido, pero aún hay gruesos sectores de nuetra población, que no accede a una educación de calidad y cuya pobreza los obliga a vivir en un mundo paralelo a muchos de nosotros,en condiciones denigrantes tanto en el plano material como moral.
El enemigo de nuestro desarrollo no está fuera de nuestras fronteras,está dentro, en nuestros tejidos, cómo dice un vieja ley de la dialéctica.
1 comentario:
Comparto tus ideas,es lo mismo que pienso.Felicidades por el blog.
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