Hace unos meses hubo elecciones en el Colegio de Profesores, las imágenes que observé me parecieron muy chocantes: la pobreza material y espiritual de la mayoría de mis colegas era muy evidente, se notaba frustración, tristeza, mediocridad y sobre todo desesperanza.
¿Qué hacer? Aparte de mejores sueldos, creo que una preocupación real, por parte del Estado, en su formación y capacitación; una mayor consideración y respeto, de la sociedad en su conjunto, a su labor tan sacrificada y sublime. Claro, el compromiso es mutuo.
Feliz día colegas.
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