sábado, 9 de agosto de 2008

UNA FRASE

"MUCHAS PERSONAS SON LO BASTANTE EDUCADAS PARA NO HABLAR CON LA BOCA LLENA, PERO NO LES PREOCUPA HACERLO CON LA CABEZA VACÍA".

Orson Welles

LITERATURA:"EL SOLDADITO DE PLOMO"

Mi padre asador, mi madre cuchara.
Yo soy soldadito de liviana tropa.
Mi padre asador, mi madre cuchara
de sopa.

Tengo una peana de raíz de brezo
redonda: no tiene de talón asomo.
Tengo una pena de raíz de brezo
y un cuerpo de plomo.

Tengo la barriga pintada de azul,
y de hinchada temo que estalle y muera.
Tengo la barriga pintada de azul,
y de rojo la parte trasera.

No me muevo ni poco, ni mucho,
y en mi aparador hago centinela.
No me muevo ni poco, ni mucho,
viendo a doña rata por donde se cuela,

Y si andando el tiempo llego a capitán,
tres galones de oro mis mangas tendrán;
y si andando el tiempo llego a capitán,
me unire con una muñeca de palo.

La pondrán sus damas linda y blanca toda,
su traje de cola, del novio regalo;
y alegres tonadas de clarín oireís,
como cuando celebran su boda
la reina y el rey.

Tristan Klingsor

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Empezarón las olimpiadas, en la antigua Grecia, hasta las guerras se suspendian mientras se realizaba este evento. Desde siempre la guerra fascino al hombre, pero el deporte es un juego menos peligroso e igual de gratificante. Por unos días nos olvidaremos de la subida del precio del petróleo, la amenaza nucléar de Irán y la campaña electoral en Estados Unidos.

Despúes de todo, la vida del hombre es un juego.

UN TEXTO AMIGO:"NATURALEZA FEMENINA"

A ver, a ver... tal vez esto sea noticia para muchos y para muchas... Pasemos lista:
1 – Nosotras, las mujeres, ya nacemos detectives. A nuestros ojos, todos los hombres son sospechosos, y sus aventuras acabarán siendo descubiertas; es sólo cuestión de tiempo.
2 – Aunque no estemos enamoradas de ti, escuchar un “te quiero” es siempre un bálsamo para nuestras almas. Y si no nos lo dices, nos vamos a dar cuenta y nos pondremos tristes.
3 – Nos pasa lo mismo con “¡qué guapa estás!”. Se tarda menos de dos segundos en pronunciar estas tres palabras mágicas, capaces de transformar nuestras pesadillas en verdaderos cuentos de hadas.
4 – Si te preguntamos qué ropa nos ponemos, no te enfades si al final decidimos vestirnos justo con lo opuesto de lo que elegiste: forma parte de nuestra naturaleza.
5 – En una fiesta, somos capaces de escanear el salón en menos de un minuto, y saber quién nos interesa. Estate atento.
6 – Pensamos en sexo con la misma compulsión que los hombres, si no más. La única diferencia es que no lo demostramos.
7 – Si, nada más conocernos, nos invitas a cenar y no aceptamos inmediatamente, no te preocupes; es que necesitamos unos días para perder los kilos sobrantes que, según creemos, nos arruinan constantemente las vidas.
8 – Las mujeres siempre se acuerdan de todo. Si preguntas cuándo nos conocimos, ninguna de nostras va a decir: “En una fiesta”, sino: “fue un martes, justo después de una cena en la que nos sirvieron ensalada y un guiso de pollo, tú llevabas chaqueta negra y tus zapatos eran de la marca tal, etc.”
9 – Por mucho amor que seamos capaces de dar, hay siete días en los que preferimos estar lejos de todo y de todos. En esos casos, tienes dos opciones: atarte a un poste y esperar a que pase la tempestad, o correr a la joyería más cercana y comprarnos un regalo. Recomendamos la segunda opción.
10 – Tenemos el mismo poder de raciocinio que los hombres, pero es mejor que no lo notes, o empezarás a sentirte inseguro. Las mujeres que lo dejaron demasiado claro acabaron solas.
11 – Nos encanta cualquier tipo de pelo en el cuerpo masculino, aunque la depilación sea nuestra tortura favorita.
12 – Detestamos hacer el amor cuando no tenemos ganas, pero lo haremos de todas formas, y tú no te darás ni cuenta.
13 – Juega con nuestros animales domésticos y con nuestros niños, y jugaremos contigo. Ignóralos, y nosotras te ignoraremos a ti también.
14 – Las mujeres disponen de una visión de rayos X. Podemos mirar hacia unos ojos negros y duros, y descubrir al niño que hay en el fondo, y podemos también fijarnos en unos angelicales ojos azules, y encontrar al demonio que se esconde tras ellos. Sabemos cuándo un hombre finge que duerme de cansancio, o (lo que es aún más evidente), cuándo finge no estar durmiendo con otra persona.
15 – No todas las mujeres quieren casarse y tener hijos. Muchas sólo desean orgasmos y animales domésticos.
16 – La delicadeza, cuando es genuina, es capaz de derretir nuestros empedernidos corazones.
17 - Si tenemos que discutir algo contigo, no quieras darnos la solución: nosotras ya la tenemos. Se trata apenas de un pretexto para evitar que la relación se convierta en algo aburrido.

Charito

lunes, 4 de agosto de 2008

UNA FRASE

"YO CREO QUE LA VERDAD ES PERFECTA PARA LAS MATEMÁTICAS, LA QUÍMICA, LA FILOSOFÍA, PERO NO PARA LA VIDA. EN LA VIDA LA ILUSIÓN, LA IMAGINACIÓN, EL DESEO, LA ESPERANZA, CUENTAN MÁS".

Ernesto Sábato

LITERATURA:"LA MUSA"

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
en su boca una fruta perfumada y bermeja
que destile más miel que los rubios panales.

A veces nos asalte un aguijón de abeja:
una raptos feroces a gestos imperiales
y sorprenda en su risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!

Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
y sea águila, tigre, paloma en un instante.
que el Universo quepa en sus ansias divinas;

Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
y una frente que erguida su corona reclame
de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!

Delmira Agustini

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Pasaron las fiestas patrias y dejaron las pistas cubiertas de sangre, muchas personas aprovechan los feriados y salen de sus ciudades para visitar a sus familiares o descansar y relajarse, pero con tanto irresponsable en el volante, con tanta empresa informal y con unas autoridades incapaces de controlar y vigilar este servivio, el próximo año lo pensaran mejor, pues simplemente viajar se esta convirtiendo en una ruleta rusa.

domingo, 27 de julio de 2008

MIS TEXTOS:"LOS TIGRES DE MOMPRACEM: SANDOKAN VERSUS YÁÑEZ

Uno de los primeros personajes que empecé a admirar en mi adolescencia fue aquel príncipe malayo desposeído por el colonialismo inglés, aquel héroe de mil aventuras que hace de la piratería un medio para vengar a su familia y a su reino, me estoy refiriendo a Sandokán.

Tal admiración no cambio a lo largo de toda mi adolescencia y parte de mi juventud, sin embargo, con el correr del tiempo y luego de sucesivas relecturas la imagen que tenía del príncipe malayo fue empequeñeciéndose, mientras que la de su inseparable amigo, Yánez, no cesaba de crecer, hasta poder afirmar ahora, en mi edad adulta, que el verdadero héroe de Los tigres de Mompracem no es Sandokán, sino el portugués Yánez.

La famosa pareja llena de contrastes es un recurso muy recurrente, no sólo en la literatura, sino también en el cine y en la televisión, el ejemplo máximo lo constituye Don Quijote y Sancho Panza. Pero a veces han de pasar muchos siglos para descubrir la riqueza que encierra este segundo personaje, el personaje a la sombra del protagonista, aquel aliado y auxiliar, cuya riqueza y complejidad en muchos casos iguala o supera a la del protagonista.

Sandokán es un nombre de origen oriental, y como tal, personifica valores y actitudes que muchas veces resultan incomprensibles y extraños para nuestra visión occidental, su sonoridad expresa autoridad, energía, fortaleza, incluso temor; Yánez, por el contrario, es un nombre más familiar a nuestros oídos, un apellido europeo de origen meridional, donde precisamente la fortaleza física no una característica resaltante en sus habitantes, a diferencia del europeo nórdico, un nombre común que no encierra connotación alguna.

Emilio Salgari (1862 – 1911) nos describe en Los tigres de Mompracem a Sandokán casi como a un superhombre, “alto, esbelto, de fuerte musculatura, con rasgos enérgicos, varoniles, fieros y de una extraña belleza”. Sandokán viene a constituir el alter ego de Salgari, su segunda personalidad, aquel hombre que le hubiera gustado ser, pero no llego a serlo. Por ello, los escenarios que nos presenta en su relato: la desolada isla de Mompracem, el amplio y peligroso océano, la jungla de Labuan, son espacios abiertos y llenos de peligro, que permiten el lucimiento de Sandokán, desplegando a plenitud toda su fortaleza física y temeridad.

Yánez, por el contrario es descrito como “un hombre de mediana estatura y de constitución muy fuerte”. Aunque Yánez está muy lejos de realizar las proezas físicas de su compañero de aventuras, compensa con otras cualidades estas limitaciones, saliendo siempre adelante de todas las adversidades. Es un personaje más humano, más creíble y con el que resulta fácil identificarse.

No en vano Salgari acompaña a su héroe con el sobrenombre de “el tigre”, pues este encierra toda la personalidad de este personaje. Sus impulsos y temeridad a veces rayan en la demencia, el hecho de enfrentarse con un puñal a un tigre para demostrar su amor a Mariana o el de lanzarse a un abordaje frente a una lluvia de balas así lo demuestran; su dotes de líder también son cuestionables, trata a sus subalternos como un déspota oriental y como organizador y estratega obtiene más de un fracaso.

Ya en el inicio de la historia, y a lo largo de ella, Yánez se presenta como el organizador de las expediciones, el estratega que analiza con calma cada situación y que aprovecha los recursos y oportunidades que se le presentan al máximo, el planifica los dos rescates de Mariana y en el combate que tuvieron después de escapar de Mompracem su barco hunde a su rival, mientras que los dos que mandaba Sandokán son hundidos y este es capturado con uno sólo de sus hombres. Yánez posee igual valor que su compañero, pero nunca cae en la temeridad, incluso muchas veces se ve forzado a cuestionar las decisiones de su jefe y literalmente sujetarlo para evitar que este cometa una locura. Sandokán es consciente de sus limitaciones y lo considera su igual, permitiéndole contradecirlo, algo inaceptable si esto partiera de otro de sus subordinados, siempre espera el sabio consejo de su noble amigo, quien en base a paciencia, prudencia y astucia, logra sacarlo de más de un aprieto.

Sandokán es un típico personaje plano, sus rasgos de personalidad son bastante sencillos y todas sus acciones son predecibles. Yáñez, por el contrario, posee humor, ironía, humanidad y una sangre fría que combinada con su ingenio lo hacen superar las pruebas más difíciles.

En la construcción de los personajes debo considerar que Salgari siempre fue dado a fantasear, en el caso de Sandokán, basta leer una de las cartas dirigidas a Ida Peruzzi, quien sería su esposa, donde el escritor firma como “tu salvaje malayo”, ello teniendo en cuenta que nunca salió de Italia; en lo que respecta a Yánez, este representa al mismo Salgari, pues en sus Memorias, biografía inventada, que el mismo ayudó a crear, el escritor afirma haberse desempeñado como uno de los capitanes del mismísimo Sandokán. La personalidad Salgari se desdobla en ambos personajes, pero en cada uno actúan diferentes facetas; Yánez representa su lado adulto: prudente, paciente y reflexivo, mientras que Sandokán tiene todas las características de un adolescente: es apasionado, muchas veces cae en lo violento, actúa casi por reflejo y no presta atención a las consecuencias.

Sin embargo, todas estas reflexiones son hechas por un adulto, tenemos que considerar también el punto de vista infantil - juvenil, y este nos dice que los héroes para niños y jóvenes están diseñados para ser semejantes a sus lectores, ello explica el gran éxito que han alcanzado algunos de ellos, Harry Potter, por ejemplo, sin su varita mágica, representa a cualquier  adolescente, lleno de complejos y miedos, propios de su edad y con el que todos sus pares se identifican.

En base a lo expuesto en este sencillo análisis comparativo, puedo concluir que la preferencia a uno u a otro personaje no depende tanto de la riqueza de matices o complejidad que estos presenten, sino del grado de identificación del lector con cada uno de ellos.

"No vemos las cosas como son, las vemos como somos".
Anaïs Nin

Beto

domingo, 6 de julio de 2008

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Hace unos meses hubo elecciones en el Colegio de Profesores, las imágenes que observé me parecieron muy chocantes: la pobreza material y espiritual de la mayoría de mis colegas era muy evidente, se notaba frustración, tristeza, mediocridad y sobre todo desesperanza.

¿Qué hacer? Aparte de mejores sueldos, creo que una preocupación real, por parte del Estado, en su formación y capacitación; una mayor consideración y respeto, de la sociedad en su conjunto, a su labor tan sacrificada y sublime. Claro, el compromiso es mutuo.
Feliz día colegas.

domingo, 22 de junio de 2008

UNA FRASE

"TE PUEDES ADORNAR CON LAS PLUMAS DE OTRO, PERO NO PUEDES VOLAR CON ELLAS".

Lucian Blaga

LITERATURA: "MI PRIMA AGUEDA"

Mi madrina invitaba a mi prima Águeda
a que pasara el día con nosotros,
y mi prima llegaba
con un contradictorio
prestigio de almidón y de temible
luto ceremonioso.

Águeda aparecía, resonante
de almidón, y sus ojos
verdes y sus mejillas rubicundas
me protegían contra el pavoroso
luto...

Yo era rapaz
y conocía la o por lo redondo,
y Águeda, que tejía
mansa y perseverante en el sonoro
corredor, me causaba
calosfríos ignotos...
(Creo que hasta la debo la costumbre
heroicamente insana de hablar solo).

A la hora de comer, en la penumbra
quieta del refectorio,
me iba embelesando un quebradizo
sonar intermitente de vajilla
y el timbre caricioso
de la voz de mi prima.
------------------Águeda era
(luto, pupilas verdes y mejillas
rubicundas) un cesto policromo
de manzanas y uvas
en el ébano de un armario añoso.

Ramón López Velarde

QUÉ PASO ESTA SEMANA

No hay deporte más bello que el fútbol, desde la perspectiva masculina supongo, nadie dirá que no hay arte en el juego de Cristiano Ronaldo o en el que exhibe Holanda la llamada "naranja mecánica". Lo que sucedió con nuestra selección, como muchas cosas en nuestro país, debe ser mejorado, pero al fin y al cabo el fútbol es un juego y los juegos son para divertirse ¿o no?

UN TEXTO AMIGO: "TE VI AYER"

Ya todo acabo, no pienses más en mí, dijiste la última vez que nos vimos. No puedo evitar sentirme así, este encierro me vuelve loco. Pronto va amanecer y hoy es uno de esos días en que no puedo dormir y el único consuelo que tengo es escribirte.

Te vi ayer y pensé que no me ibas a reconocer.

Caminabas rápido y suave como el viento y la mirada fija en el horizonte, como si sólo existieras tú. Fue un alivio verte de nuevo y encontrar ese brillo en tus ojos, esa sonrisa traviesa que extrañé desde que te alejaste de mi vida. Tengo que decirte tantas cosas ¿Cómo me encuentras? Tu intuición no tiene límites. Aprendiste a conocerme, a pesar del poco tiempo de ser enamorados. No pensé tenerte tan cerca y lejos a la vez. Imagine encuentros en los que pasarías de largo y ni siquiera dirías hola. Siempre he sido inseguro. Pero verte fuerte, plena, me dio valor para decirte lo que siento. Ya no puedo llevar más esta cruz.

Uno valora algo cuando ya lo ha perdido.

Ese es mi gran problema. He tropezado por soberbia y mi equívoco sentido de libertad; en suma: arriesgué, jugué y perdí. ¡Quién me lo iba a decir! Te tuve a mi lado y al mismo tiempo fui un aventurero que creía saberlo todo. Contradictoria es mi existencia. Había tanto por compartir; pero mis prioridades eran mis borracheras, los amigos y el fútbol y un inacabable etc., que extinguieron, sin remedio, tu paciencia. No sólo te traicioné a ti sino a mí y a mi madre, el ángel guardián; quién soportó mis arrebatos con una paciencia inigualable.

Me duele haberte herido.

Sé que te sentías utilizada. Cuando te conocí, fuiste tú quien me dio la primera estocada. Tu negativa hizo de mí un estratega, un irremediable conquistador. Usé los recursos que aprendí como buen alumno de mujeres mayores y con tal de conseguir mi propósito hasta me gane el afecto de tus hermanas.


Ahora, soy distinto. Murió el muchacho inmaduro y renació un hombre de fe. De ateo convicto y confeso he pasado a ser un cristiano comprometido.

¿Me imaginas como mensajero de Dios? ¿Recuerdas?, era un caso perdido. Mi familia simplemente se resignaba al ver mi condición y los que decían ser mis amigos me alentaban a derrochar mi tiempo, se burlaban de todo y caía en su trampa y me extravié en las juergas del fin de semana aquéllas que me alejaron incontables momentos de ti. Y después venía lo peor, el vacío inmenso, oscuro, sin salida, llamado soledad. A veces lloraba como un niño y no sabes cuánto quise buscarte, aunque imaginaba que me odiabas.

¡Qué pena me das! No puedo verte así. Será muy tarde cuando reacciones. Escúchame, no lo hagas por mí...Se acabo.

Tus palabras las recuerdo como si fuera ayer. ¡Cuánta falta me haces!

Muchas veces intenté acercarme a ti, la vez que me encontraste cerca de tu casa y te dije que pasaba a visitar a un amigo no era casualidad, fue una excusa tonta para hablar contigo. Atravesaba una de mis tantas luchas contra mi peor enemigo: mi conciencia. Simplemente te salude y repare en cosas vanas. No pude soportar tu distancia.

En cambio la tristeza y el encontrarme solo me fueron acorralando.

Para castigarme el destino determinó que también se marchase de este mundo el ser adorado por todos, mi abuela. ¿Te acuerdas de ella? De sonrisa inigualable con sus abrazos y besos dulcemente tibios. ¿Te acuerdas que me aburría verla seguido? y tú me insistías tanto que la visitara, pero yo terminaba por hacer lo contrario, no ir. Tampoco escuche a mi madre.

Hijo, deja de destruirte, vamos a pedir ayuda. Por favor, aléjate de esas malas juntas...

Como me duele haber sido indiferente, he desperdiciado el tiempo. Los seres más valiosos han estado cerca de mí y los he dejado abandonados, como mis sueños que también deje a la deriva, sin perseguirlos.


¿Sabes? deje mis estudios de ingeniería y hoy me dedico al negocio familiar. No me va mal. Como olvidar esa etapa pasajera.

Qué pobre diablo fui. Hace tanto tiempo debí explicarte mis pasos inciertos, mis caídas voluntarias, sin sentido. Aunque me cuesta olvidar el horror que vivió mi madre, quien murió creyendo en mí, sin tener la esperanza de verme libre de mis vicios. Tiene razón mi familia al repudiarme y al decir que le cause la muerte. Sí yo la mate con mi abandono, mis vicios y locuras. ¡De qué vale contarte eso ahora!

¡No tienes salvación! Estas desperdiciando tu vida -me decían mis hermanos.

Volver atrás es imposible y si el perdón llega tarde es porque no tuve el valor de enfrentarlos. Aún me pregunto ¿qué paso? ¿cómo pude equivocarme? Por eso tuve ganas de acabar con todo de una vez, pero no tenía derecho de hacerles más daño. Estos años sin fe, ni dignidad, ni sueños han logrado cambiar al hombre sin dirección, por uno que ya sabe a donde va.

Y al fin comprendí: las palabras por sí solas no tienen significado, si las acciones no las acompañan. Nunca dejaré de arrepentirme, pero ya no me ocultaré más en los malos recuerdos.

Quiero verte. No me juzgues de antemano. Sé que te hice sufrir, nada justifica mis acciones. Pero, los años no pasan en vano; verás quien soy ahora. Tan sólo te pido que me visites. Este lugar es un abismo y nos arrastra a convertirnos en tristes sombras de humanidad. Espero tu respuesta, hay algo que debo decirte si Dios me da tiempo y tregua.

.............................................................................................................................................Miguel

En la cárcel, hay tiempo para no olvidar los errores.

María Fajardo

sábado, 7 de junio de 2008

UNA FRASE

"LOS LIBROS SON LAS ABEJAS QUE LLEVAN EL POLEN DE UNA INTELIGENCIA A OTRA".

James Rusell Lowell

LITERATURA: "DESPUÉS DEL ALMUERZO"

Después del almuerzo yo hubiera querido quedarme en mi cuarto leyendo, pero papá y mamá vinieron casi en seguida a decirme que esa tarde tenía que llevarlo de paseo.

Lo primero que contesté fue que no, que lo llevara otro, que por favor me dejaran estudiar en mi cuarto. Iba a decirles otras cosas, explicarles por qué no me gustaba tener que salir con él, pero papá dio un paso adelante y se puso a mirarme en esa forma que no puedo resistir, me clava los ojos y yo siento que se me van entrando cada vez más hondo en la cara, hasta que estoy a punto de gritar y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Mamá en esos casos no dice nada y no me mira, pero se queda un poco atrás con las dos manos juntas, y yo le veo el pelo gris que le cae sobre la frente y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Entonces se fueron sin decir nada más y yo empecé a vestirme, con el único consuelo de que iba a estrenar unos zapatos amarillos que brillaban y brillaban.

Cuando salí de mi cuarto eran las dos, y tía Encarnación dijo que podía ir a buscarlo a la pieza del fondo, donde siempre le gusta meterse por la tarde. Tía Encarnación debía darse cuenta de que yo estaba desesperado por tener que salir con él, porque me pasó la mano por la cabeza y después se agachó y me dio un beso en la frente. Sentí que me ponía algo en el bolsillo. -Para que te compres alguna cosa -me dijo al oído-. Y no te olvides de darle un poco, es preferible.

Yo la besé en la mejilla, más contento, y pasé delante de la puerta de la sala donde estaban papá y mamá jugando a las damas. Creo que les dije hasta luego, alguna cosa así, y después saqué el billete de cinco pesos para alisarlo bien y guardarlo en mi cartera donde ya había otro billete de un peso y monedas.

Lo encontré en un rincón del cuarto, lo agarré lo mejor que pude y salimos por el patio hasta la puerta que daba al jardín de adelante. Una o dos veces sentí la tentación de soltarlo, volver adentro y decirles a papá y mamá que él no quería venir conmigo, pero estaba seguro de que acabarían por traerlo y obligarme a ir con él hasta la puerta de calle. Nunca me habían pedido que lo llevara al centro, era injusto que me lo pidieran porque sabían muy bien que la única vez que me habían obligado a pasearlo por la vereda había ocurrido esa cosa horrible con el gato de los Alvarez. Me parecía estar viendo todavía la cara del vigilante hablando con papá en la puerta, y después papá sirviendo dos vasos de caña, y mamá llorando en su cuarto. Era injusto que me lo pidieran.

Por la mañana había llovido y las veredas de Buenos Aires están cada vez más rotas, apenas se puede andar sin meter los pies en algún charco. Yo hacía lo posible para cruzar por las partes más secas y no mojarme los zapatos nuevos, pero en seguida vi que a él le gustaba meterse en el agua, y tuve que tironear con todas mis fuerzas para obligarlo a ir de mi lado. A pesar de eso consiguió acercarse a un sitio donde había una baldosa un poco más hundida que las otras, y cuando me di cuenta ya estaba completamente empapado y tenía hojas secas por todas partes. Tuve que pararme, limpiarlo, y todo el tiempo sentía que los vecinos estaban mirando desde los jardines, sin decir nada pero mirando. No quiero mentir, en realidad no me importaba tanto que nos miraran (que lo miraran a él, y a mí que lo llevaba de paseo); lo peor era estar ahí parado, con un pañuelo que se iba mojando y llenando de manchas de barro y pedazos de hojas secas, teniendo que sujetarlo al mismo tiempo para que no volviera a acercarse al charco. Además yo estoy acostumbrado a andar por las calles con las manos en los bolsillos del pantalón, silbando o mascando chicle, o leyendo las historietas mientras con la parte de abajo de los ojos voy adivinando las baldosas de las veredas que conozco perfectamente desde mi casa hasta el tranvía, de modo que sé cuándo paso delante de la casa de la Tita o cuándo voy a llegar a la esquina de Carabobo. Y ahora no podía hacer nada de eso y el pañuelo me empezaba a mojar el forro del bolsillo y sentía la humedad en la pierna, era como para no creer en tanta mala suerte junta.

A esa hora el tranvía viene bastante vacío, y yo rogaba que pudiéramos sentarnos en el mismo asiento, poniéndolo a él del lado de la ventanilla para que molestara menos. No es que se mueva demasiado, pero a la gente le molesta lo mismo y yo comprendo. Por eso me afligí al subir, porque el tranvía estaba casi lleno y no había ningún asiento doble desocupado. El viaje era demasiado largo para quedarnos en la plataforma, el guarda me hubiera mandado que me sentara y lo pusiera en alguna parte; así que lo hice entrar en seguida y lo llevé hasta un asiento del medio donde una señora ocupaba el lado de la ventanilla. Lo mejor hubiera sido sentarse detrás de él para vigilarlo, pero el tranvía estaba lleno y tuve que seguir adelante y sentarme bastante más lejos. Los pasajeros no se fijaban mucho, a esa hora la gente va haciendo la digestión y está medio dormida con los barquinazos del tranvía. Lo malo fue que el guarda se paró al lado del asiento donde yo lo había instalado, golpeando con una moneda en el fierro de la máquina de los boletos, y yo tuve que darme vuelta y hacerle señas de que viniera a cobrarme a mí, mostrándole la plata para que comprendiera que tenía que darme dos boletos, pero el guarda era uno de esos chinazos que están viendo las cosas y no quieren entender, dale con la moneda golpeando contra la máquina. Me tuve que levantar (y ahora dos o tres pasajeros me miraban) y acercarme al otro asiento. «Dos boletos», le dije. Cortó uno, me miró un momento, y después me alcanzó el boleto y miró para abajo, medio de reojo. «Dos, por favor», repetí, seguro de que todo el tranvía ya estaba enterado. El chinazo cortó el otro boleto y me lo dio, iba a decirme algo pero yo le alcancé la plata y me volví en dos trancos a mi asiento, sin mirar para atrás. Lo peor era que a cada momento tenía que darme vuelta para ver si seguía quieto en el asiento de atrás, y con eso iba llamando la atención de algunos pasajeros.

Primero decidí que sólo me daría vuelta al pasar cada esquina, pero las cuadras me parecían terriblemente largas y a cada momento tenía miedo de oír alguna exclamación o un grito, como cuando el gato de los Alvarez. Entonces me puse a contar hasta diez, igual que en las peleas, y eso venía a ser más o menos media cuadra. Al llegar a diez me daba vuelta disimuladamente, por ejemplo arreglándome el cuello de la camisa o metiendo la mano en el bolsillo del saco, cualquier cosa que diera la impresión de un tic nervioso o algo así.

Como a las ocho cuadras no sé por qué me pareció que la señora que iba del lado de la ventanilla se iba a bajar. Eso era lo peor, porque le iba a decir algo para que la dejara pasar, y cuando él no se diera cuenta o no qusiera darse cuenta, a lo mejor la señora se enojaba y quería pasar a la fuerza, pero yo sabía lo que iba a ocurrir en ese caso y estaba con los nervios de punta, de manera que empecé a mirar para atrás antes de llegar a cada esquina, y en una de esas me pareció que la señora estaba ya a punto de levantarse, y hubiera jurado que le decía algo porque miraba de su lado y yo creo que movía la boca. Justo en ese momento una vieja gorda se levantó de uno de los asientos cerca del mío y empezó a andar por el pasillo, y yo iba detrás queriendo empujarla, darle una patada en las piernas para que se apurara y me dejara llegar al asiento donde la señora había agarrado una canasta o algo en el suelo y ya se levantaba para salir. Al final creo que la empujé, la oí que protestaba, no sé cómo llegué al lado del asiento y conseguí sacarlo a tiempo para que la señora pudiera bajarse en la esquina. Entonces lo puse contra la ventanilla y me senté a su lado, tan feliz aunque cuatro o cinco idiotas me estuvieran mirando desde los asientos de adelante y desde la plataforma donde a lo mejor el chinazo les había dicho alguna cosa.

Ya andábamos por el Once, y afuera se veía un sol precioso y las calles estaban secas. A esa hora si yo hubiera viajado solo me habría largado del tranvía para seguir a pie hasta el centro, para mí no es nada ir a pie desde el Once a Plaza de Mayo, una vez que me tomé el tiempo le puse justo treinta y dos minutos, claro que corriendo de a ratos y sobre todo al final. Pero ahora en cambio tenía que ocuparme de la ventanilla, que un día alguien había contado que era capaz de abrir de golpe la ventanilla y tirarse afuera, nada más que por el gusto de hacerlo, como tantos otros gustos que nadie se explicaba. Una o dos veces me pareció que estaba a punto de levantar la ventanilla, y tuve que pasar el brazo por detrás y sujetarla por el marco. A lo mejor eran cosas mías, tampoco quiero asegurar que estuviera por levantar la ventanilla y tirarse. Por ejemplo, cuando lo del inspector me olvidé completamente del asunto y sin embargo no se tiró. El inspector era un tipo alto y flaco que apareció por la plataforma delantera y se puso a marcar los boletos con ese aire amable que tienen algunos inspectores. Cuando llegó a mi asiento le alcancé los dos boletos y él marcó uno, miró para abajo, después miró el otro boleto, lo fue a marcar y se quedó con el boleto metido en la ranura de la pinza, y todo el tiempo yo rogaba que lo marcara de una vez y me lo devolviera, me parecía que la gente del tranvía nos estaba mirando cada vez más. Al final lo marcó encogiéndose de hombros, me devolvió los dos boletos, y en la plataforma de atrás oí que alguien soltaba una carcajada, pero naturalmente no quise darme vuelta, volví a pasar el brazo y sujeté la ventanilla, haciendo como que no veía más al inspector y a todos los otros. En Sarmiento y Libertad se empezó a bajar la gente, y cuando llegamos a Florida ya no había casi nadie. Esperé hasta San Martín y lo hice salir por la plataforma delantera, porque no quería pasar al lado del chinazo que a lo mejor me decía alguna cosa.

A mí me gusta mucho la Plaza de Mayo, cuando me hablan del centro pienso en seguida en la Plaza de Mayo. Me gusta por las palomas, por la Casa de Gobierno y porque trae tantos recuerdos de historia, de las bombas que cayeron cuando hubo revolución, y los caudillos que habían dicho que iban a atar sus caballos en la Pirámide. Hay maniseros y tipos que venden cosas, en seguida se encuentra un banco vacío y si uno quiere puede seguir un poco más y al rato llega al puerto y ve los barcos y los guinches. Por eso pensé que lo mejor era llevarlo a la Plaza de Mayo, lejos de los autos y los colectivos, y sentarnos un rato ahí hasta que fuera hora de ir volviendo a casa. Pero cuando bajamos del tranvía y empezamos a andar por San Martín sentí como un mareo, de golpe me daba cuenta de que me había cansado terriblemente, casi una hora de viaje y todo el tiempo teniendo que mirar hacia atrás, hacerme el que no veía que nos estaban mirando, y después el guarda con los boletos, y la señora que se iba a bajar, y el inspector. Me hubiera gustado tanto poder entrar en una lechería y pedir un helado o un vaso de leche, pero estaba seguro de que no iba a poder, que me iba a arrepentir si lo hacía entrar en un local cualquiera donde la gente estaría sentada y tendría más tiempo para mirarnos. En la calle la gente se cruza y cada uno sigue viaje, sobre todo en San Martín que está lleno de bancos y oficinas y todo el mundo anda apurado con portafolios debajo del brazo.

Así que seguimos hasta la esquina de Cangallo, y entonces cuando íbamos pasando delante de las vidrieras de Peuser que estaban llenas de tinteros y cosas preciosas, sentí que él no quería seguir, se hacía cada vez más pesado y por más que yo tiraba (tratando de no llamar la atención) casi no podía caminar y al final tuve que pararme delante de la última vidriera, haciéndome el que miraba los juegos de escritorio repujados en cuero. A lo mejor estaba un poco cansado, a lo mejor no era un capricho. Total, estar ahí parados no tenía nada de malo, pero igual no me gustaba porque la gente que pasaba tenía más tiempo para fijarse, y dos o tres veces me di cuenta de que alguien le hacía algún comentario a otro, o se pegaban con el codo para llamarse la atención. Al final no pude más y lo agarré otra vez, haciéndome el que caminaba con naturalidad, pero cada paso me costaba como en esos sueños en que uno tiene unos zapatos que pesan toneladas y apenas puede despegarse del suelo. A la larga conseguí que se le pasara el capricho de quedarse ahí parado, y seguimos por San Martín hasta la esquina de la Plaza de Mayo. Ahora la cosa era cruzar, porque a él no le gusta cruzar una calle. Es capaz de abrir la ventanilla del tranvía y tirarse, pero no le gusta cruzar la calle. Lo malo es que para llegar a la Plaza de Mayo hay que cruzar siempre alguna calle con mucho tráfico, en Cangallo y Bartolomé Mitre no había sido tan difícil, pero ahora yo estaba a punto de renunciar, me pesaba terriblemente en la mano, y dos veces que el tráfico se paró y los que estaban a nuestro lado en el cordón de la vereda empezaron a cruzar la calle, me di cuenta de que no íbamos a poder llegar al otro lado porque se plantaría justo en la mitad, y entonces preferí seguir esperando hasta que se decidiera. Y claro, el del puesto de revistas de la esquina ya estaba mirando cada vez más, y le decía algo a un pibe de mi edad que hacía muecas y le contestaba que sé yo, y los autos seguían pasando y se paraban y volvían a pasar, y nosotros ahí plantados. En una de esas se iba a acercar el vigilante, eso era lo peor que nos podía suceder porque los vigilantes son muy buenos y por eso meten la pata, se ponen a hacer preguntas, averiguan si uno anda perdido, y de golpe a él le puede dar uno de sus caprichos y yo no sé en lo que termina la cosa.

Cuanto más pensaba más me afligía, y al final tuve miedo de veras, casi como ganas de vomitar, lo juro, y en un momento en que paró el tráfico lo agarré bien y cerré los ojos y tiré para adelante doblándome casi en dos, y cuando estuvimos en la Plaza lo solté, seguí dando unos pasos solo, y después volví para atrás y hubiera querido que se muriera, que ya estuviera muerto, o que papá y mamá estuvieran muertos, y yo también al fin y al cabo, que todos estuvieran muertos y enterrados menos tía Encarnación.

Pero esas cosas se pasan en seguida, vimos que había un banco muy lindo completamente vacío, y yo lo sujeté sin tironearlo y fuimos a ponernos en ese banco y a mirar las palomas que por suerte no se dejan acabar como los gatos. Compré manises y caramelos, le fui dando de las dos cosas y estábamos bastante bien con ese sol que hay por la tarde en la Plaza de Mayo y la gente que va de un lado a otro. Yo no sé en qué momento me vino a la idea de abandonarlo ahí; lo único que me acuerdo es que estaba pelándole un maní y pensando al mismo tiempo que si me hacía el que iba a tirarles algo a las palomas que andaban más lejos, sería facilísimo dar la vuelta a la pirámide y perderlo de vista. Me parece que en ese momento no pensaba en volver a casa ni en la cara de papá y mamá, porque si lo hubiera pensado no habría hecho esa pavada. Debe ser muy difícil abarcar todo al mismo tiempo como hacen los sabios y los historiadores, yo pensé solamente que lo podía abandonar ahí y andar solo por el centro con las manos en los bolsillos, y comprarme una revista o entrar a tomar un helado en alguna parte antes de volver a casa. Le seguí dando manises un rato pero ya estaba decidido, y en una de esas me hice el que me levantaba para estirar las piernas y vi que no le importaba si seguía a su lado o me iba a darle manises a las palomas. Les empecé a tirar lo que me quedaba, y las palomas me andaban por todos lados, hasta que se me acabó el maní y se cansaron. Desde la otra punta de la plaza apenas se veía el banco; fue cosa de un momento cruzar a la Casa Rosada donde siempre hay dos granaderos de guardia, y por el costado me largué hasta el Paseo Colón, esa calle donde mamá dice que no deben ir los niños solos. Ya por costumbre me daba vuelta a cada momento pero era imposible que me siguiera, lo más que quería estar haciendo sería revolcarse alrededor del banco hasta que se acercara alguna señora de la beneficencia o algún vigilante.

No me acuerdo muy bien de lo que pasó en ese rato en que yo andaba por el Paseo Colón que es una avenida como cualquier otra. En una de esas yo estaba sentado en una vidriera baja de una casa de importaciones y exportaciones, y entonces me empezó a doler el estómago, no como cuando uno tiene que ir en seguida al baño, era más arriba, en el estómago verdadero, como si se me retorciera poco a poco; y yo quería respirar y me costaba, entonces tenía que quedarme quieto y esperar que se pasara el calambre, y delante de mí se veía como una mancha verde y puntitos que bailaban, y la cara de papá, al final era solamente la cara de papá porque yo había cerrado los ojos, me parece, y en medio de la mancha verde estaba la cara de papá. Al rato pude respirar mejor, y unos muchachos me miraron un momento y uno le dijo al otro que yo estaba descompuesto, pero yo moví la cabeza y dije que no era nada, que siempre me daban calambres, pero se me pasaban en seguida. Uno dijo que si yo quería que fuera a buscar un vaso de agua, y el otro me aconsejó que me secara la frente porque estaba sudando. Yo me sonreí y dije que ya estaba bien, y me puse a caminar para que se fueran y me dejaran solo. Era cierto que estaba sudando porque me caía el agua por las cejas y una gota salada me entró en un ojo, y entonces saqué el pañuelo y me lo pasé por la cara y sentí un arañazo en el labio, y cuando miré era una hoja seca pegada en el pañuelo que me había arañado la boca.

No sé cuánto tardé en llegar otra vez a la Plaza de Mayo. A la mitad de la subida me caí, pero volví a levantarme antes que nadie se diera cuenta, y crucé a la carrera entre todos los autos que pasaban por delante de la Casa Rosada. Desde lejos vi que no se había movido del banco, pero seguí corriendo y corriendo hasta llegar al banco, y me tiré como muerto mientras las palomas salían volando asustadas y la gente se daba vuelta con ese aire que toman para mirar a los chicos que corren, como si fuera un pecado. Después de un rato lo limpié un poco y dije que teníamos que volver a casa. Lo dije para oírme yo mismo y sentirme todavía más contento, porque con él lo único que servía era agarrarlo bien y llevarlo,las palabras no las escuchaba o se hacía el que no las escuchaba. Por suerte esta vez no se encaprichó al cruzar las calles, y el tranvía estaba casi vacío al comienzo del recorrido, así que lo puse en el primer asiento y me senté al lado y no me di vuelta ni una sola vez en todo el viaje, ni siquiera al bajarnos: la última cuadra la hicimos muy despacio, él queriendo meterse en los charcos y yo luchando para que pasara por las baldosas secas. Pero no me importaba, no me importaba nada. Pensaba todo el tiempo: «Lo abandoné», lo miraba y pensaba: «Lo abandoné», y aunque no me había olvidado del Paseo Colón me sentía tan bien, casi orgulloso. A lo mejor otra vez... No era fácil, pero a lo mejor... Quién sabe con qué ojos me mirarían papá y mamá cuando me vieran llegar con él de la mano. Claro que estarían contentos de que yo lo hubiera llevado a pasear al centro, los padres siempre están contentos de esas cosas; pero no sé por qué en ese momento se me daba por pensar que también a veces papá y mamá sacaban el pañuelo para secarse, y que también en el pañuelo había una hoja seca que les lastimaba la cara.

Julio Cortázar

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Esta semana celebramos el día del padre, si bien es cierto las mujeres, según mi humilde punto de vista, por su sensibilidad innata, nos sacan ventaja en la relación con los hijos, y en muchas cosas más, debemos saludar a aquellos padres responsables, que se rompen en lomo por sus hijos y que además, se dan un tiempo para hacerles sentir su amor.

MIS TEXTOS: "FELIZ DÍA PAPÁ"

Hoy es el día de papá, nunca le pude decir viejo, soy tan formal, hasta en eso. Un recuerdo, ¡son muchos!

Tal vez esas largas medias negras que se ponía para jugar, sus medias de arquero, mi ídolo, o claro, las tareas.

En primaria tienen la costumbre de dejar grandes numeraciones, yo hacía algunas, otras me las salteaba y otras, simplemente no las hacia. Pero al llegar mi padre del trabajo siempre revisaba mis cuadernos, y a las buenas o a las malas siempre terminaba por hacerlas, aunque él a veces llegaba tarde, y un niño de ocho años a eso de las doce ya tiene sueño, así que me mandaban a dormir, después de un sermón o un sentido coscorrón.

Pero siempre, al abrir mis cuadernos en las mañanas, se hacia la magia, la gran numeración ya estaba hecha, hasta ahora me doy cuenta, era la letra de papá.

Beto

domingo, 18 de mayo de 2008

UNA FRASE

"LA GENTE SE ARREGLA TODOS LOS DÍAS EL CABELLO. ¿POR QUÉ NO EL CORAZÓN?

Proverbio chino

LITERATURA:"HAGAMOS UN TRATO"

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo.
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
Saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe
que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti

QUÉ PASÓ ESTA SEMANA

Y se realizó la gran cumbre, tal vez no pase de una reunión social de gran nivel, los europeos vinieron con la intención de no realizar compromisos individuales, sino en bloque y además la ausencia del Primer Ministro británico y del Presidente francés la devaluaron; pero así y todo significó un acercamiento entre nuestros países, y más de un acuerdo fue firmado.

Fue hermoso ver una cara diferente de nuestro país, la organización del evento; el trabajo impecable de la policia; las calles vacías, sin autos y sin contaminación; un país del primer mundo.

Una cara no real aún, pero tal vez más adelante.

UN TEXTO AMIGO: "ALGO DE MI..."

. .. Me gustan los lugares en los que haya poca gente (sobretodo la playa).
2…No me gustan los autos. No, si yo lo voy a manejar.
3…Fui terrible en educación física.
4…Es terrible para mí bañarme en invierno; es porque no me gusta el agua caliente y la fría me hace sufrir en invierno.
5…Me gusta Internet, pero por las noches. No, para estudiar.
6…Amo el vino, pero no sé cómo tomarlo en cantidades industriales... soy muy polla!!
7…A veces soy muy dulce, ¡¡en serio!!
8…En misa, siempre miro (con el rabito del ojo) a quién le voy a dar la paz primero.
9…No sé dar mucho afecto. No, al inicio.
10…Prometí cuidar de alguien y lo primero que hice fue atormentarlo.
11…en lo afectivo soy muy insegura, demasiado insegura.
12…Soy obsesiva en casi todo ¡¡buu!! No lo puedo evitar…
13… ¡Recuerdo la fecha exacta de mi menarquía!
14… 28 de un mes otoñal… no me sorprendió, ya había leído sobre eso…jijiji
15… Sufrí con los formadores… los cambiaba muy rápido.
16…y siempre quería andar con los brazos cruzados, para ocultar....uhmmm... ustedes entienden
17… esa era mi preocupación y la de mis amigas era todo lo contrario.
18… ahora pienso que debieron crecer un poco más… uhmm viéndolo bien, pues sí.
19… Generalmente, doy más de lo que recibo y no me disgusta.
20… Me pongo muy melancólica en esos días.
21… Sé cuándo es que ovulo.
22… Mi mejor amigo perro se llamó Kaiser.
23… mis detalles más sórdidos se los conté a él y todos mis sueños también.
24… él era el primer ser de mi casa que me recibía, después llegaba quien me abría la puerta. Ha sido uno de lo seres por quién más lloré.
25… La muerte no me asusta, el después de la muerte de alguien, sí.
26… Fui siempre muy aplicada, estudiosa y más o menos ordenada.... qué aburrida...no?
27… Si discuto con alguien, siempre lloro. En el momento o cuando estoy sola.
28… No me gustan, las cosas monas y coquetas. Nunca me verán con nada muy elaborado.
29… alguien que quiero mucho, me dijo que no las necesitaba, yo tenía mi propio encanto… la mujer debe ser coqueta y hermosa, incluso estando desnuda.
30… amo los jeans y los polos, la ropa suelta y las chompas, si pudiera iría así a todas partes… ¡¡¡PERO NO SE PUEDE!!!
31… Detesto que me llamen por mi primer nombre.
32… Soy pésima en los juegos de video, nintendo y esas cosas.
33… Fui muy apreciada en la secundaria.
34… mi mejor cumpleaños lo tuve el año 1993, con mis amigos de colegio…jejeje ellos me lo organizaron.
35… Todos mis perritos, fallecidos, están en los jardines de mi casa.
36… Nunca aprendí a montar bicicleta.
37… fue más fácil montar a caballo. Eso no me da miedo.
38… Trato de ordenar mi dormitorio, en serio… pero ¡cómo me cuesta!
39… Cocino bien...... si es que hay inspiración y receta a la mano.
40… Buuu… no cuidé bien a mi inspiración.
41… Por mucho tiempo, fuimos los parientes pobres… pero gracias a nuestro trabajo, eso cambió.
42… en la universidad a veces mi almuerzo era una bolsita de galletas Animalitos…jeje e incluso, era compartida con mi mejor amiga… duros tiempos.
43… me encanta, desde la universidad, estar en el bus o combi escuchando el murmullo y, a veces, ruido de los autos. Me ayuda a pensar… sobretodo a analizarme.
44… por ello, me gusta sentarme junto a la ventana.
45… Los hombres me causan miedo y admiración ¿? Yo me entiendo.
46… Uno de mis mayores placeres es dormir mucho. No lo hago muy seguido.
47… Soy hincha del Sporting Cristal en Perú, del Milán en Italia y del Barcelona en España.
48… No he fumado aún… uhmmm... aunque una vez probé un puro, pero sólo un poco.
49… Demoro en terminar lo que empiezo, ustedes saben la perfección se hace esperar.
50… Aún no logro superar el trauma de cuando mi madre me llevaba a la peluquería y me hacían el corte que ella escogía. No… No… La peluquería ¡¡¡nooooo!!!
51… Me gusta estar sola…. Amo mi soledad… desesperadamente.
52… Mi época es de Pablito Ruíz y de niña bailé con Yola.
53… No he vuelto a ver a mis amigos de secundaria…hace ufff de años.
54… Muero por Johnny Deep.
55… Me dio un ataque de llanto cuando estuve en una tormenta con relámpagos y truenos… bueno, tenía 8 años… era entendible, porque eso no lo leí.
56… Nunca he terminado de escribir un diario.
57… Tengo estrías y celulitis, antes era más llenita.
58… Mi serie favorita es CSI: Las Vegas y muero por Gil Grissom.
59… Me encanta la comida, de todo tipo… amo la comida peruana y la italiana..creo que es por los genes ... la coreana también me encanta!!!
60… y si tengo hambre, jamás me ofrezcan algo dulce. Si es hambre que sea salado.
61… jamás lamento que lo que voy a comer me va a engordar, lo disfruto. Cremas, el pellejito, etc… pero siempre con poca sal.
62… Me encanta hablar con los bebés. Ellos son las personitas más sinceras de este planeta, si no le gustan tus mimos o gestos lloran y si no, sonríen… jamás mienten.
63… Hace poco descubrí, que la paciencia se me está agotando. Lento, pero se está agotando.
64… Mi firma me da risa… debería cambiarla.
65… Me encanta las paletas heladas ARTIKA… muero por ellas.
66… No tengo un perfume favorito, el que esté a la mano sirve, pero hay uno que me está enamorando: Green Tea.
67… Hace mucho que no hablo con mi papá.
68… Sólo una persona logró que mis rodillas perdieran su fuerza, se cortara mi respiración y que empezara a tartamudear, con sólo sonreírme.
69… el amor de mi vida, me enseñó lo más valioso de la vida: ¡SER TÚ MISMA!
70… gracias a él aprendí que la locura y la razón, pueden convivir y ser felices.
71… es que él es simplemente encantador, noble, inteligente y muy sensible. Es un buen ser humano y amigo.
72… Cuando estaba en el colegio, el chico más asediado me empezó a seguir porque no le hacía caso.
73… y cuando lo hice, mi profesora me delató con mi mamá y se acabó el encanto.
74… se esfumó mi cariño, pero no pude esfumar al señorito… y me siguió 3 años!!!
75… Los 31 de diciembre siempre veo películas, la que no me aburre nada es “El diario de Bridget Jones” me identifico con algunas de sus escenas.
76… y la peli que veo hasta el cansancio es “El Quinto Elemento” y siempre me río con el morenito animador.
77… también veo películas profundas…
78… Últimamente mi frase de batalla es: “Si no puedes con la tentación, pues ríndete a ella”
79… La mayoría de mis amistades son VARONES.
80… Siempre me arrepentiré de no haber ido al entierro de una amiga mía. No tuve el valor.
81… No lo tendré jamás.
82… Ya no me gustan las demostraciones de amor públicas.
83… ahora pienso que las demostraciones de amor, sólo me las deben dar a mí, sin necesidad de aspavientos.
84… Me encanta la Piña Colada, si salgo, es lo primero que pido.
85… mis límites son: o 2 copas de pisco sour, o media jarra de sangría, o media botella de Baileys; luego ya me duele la cabeza.
86… Me encanta bailar…. Y bailo de todo.
87… Una vez me enviaron un arreglo de flores de 1 ½ m y cuando lo recibí, nadie se me vino al pensamiento.
88… y para rematarla, vino anónimamente….¡¡PLOP!!!!
89… Sé dibujar, pero detesto colorear.
90… Sólo una vez me he enamorado con cuerpo, alma, pensamiento y sentimiento… y fue en tiempo record.
91… Tengo muy buenos amigos… Gracias Dios mío.
92… pero soy una ingrata sin remedio… ¿no sé por qué es que me soportan?
93… Siempre que me enfermo, me siento mejor con sólo hablar con el doctor.
94… Tengo grandes amigos y buenos patas…
95… si estás leyendo esto, eres de los primeros.
96… Antes coleccionaba lapiceros, todos los que pasaron por mis manos los guardaba, con su respectiva historia.
97… Detesto el inglés, pero es necesario aprenderlo. Algún día lo haré…¡sí, claro!
98… Lo que más me gustaba de los paseos escolares era el viaje en bus y andar sola por aquí y por allá, mientras mis amiguitos estaban en la piscina.
99… lo hacía porque me encantaba oír a la naturaleza, y con mis amigos gritando a lado no podía hacerlo.
100… Le tengo pavor a los dentistas.
101… No tuve fiesta de 15 años …. Ufff ¡!!!!
102… Adoro a Silvio Rodríguez… siempre será mi amor imposible.
103… Cuando hay algo nuevo –como reparar algo- no sé cómo hago pero lo arreglo.
104… Mi vida está llena de reglas… me he propuesto quitarlas, así que como primera regla viviré libremente…jejeje.
105… Humbertito es mi Pepe Grillo… siempre lo será.
106… Sólo una vez entré a un hostal y fue para estudiar…¡en serio!
107… Aunque suene cursi, lo que más me gusta es caminar bajo la lluvia y si hay tierra mojada, es mejor.
108… pero luego, es lindo que te reciba una taza de chocolate caliente o café.
109… Mis bienes más valiosos son: un medallón de la Eucaristía que me regaló mi abuela, una cinta roja que me dio mi hermano, una cajita musical que mamá me regaló y una tarjeta hecha por mi hermanita.
110… Soy pésima comprando ropa… es lo que más pereza me da.
111… No soy buena para ningún deporte, excepto el ajedrez.
112… En las paredes de mi cuarto están las fotos de Johnny Deep, Silvio Rodríguez, Jang Dong Gun y del Papa Juan Pablo II, tan lindo mi cabecita de algodón.
113… Mi primer y único celular me lo regaló quien menos esperaba.
114… Tengo una inmensa cantidad de amor para dar.
115… Siempre admiré a Candy, quería ser tan valiente como ella, pero resulté siendo la parte llorona de ella.
116… Detesto mi cabello, nunca me hace caso.
117… No sé nadar, me da pavor estar rodeada de agua.
118… pero mi lugar favorito por las noches es frente al mar.
119… Le tengo miedo a las cucarachas, al olvido, a las serpientes y a los hombres.
120… Me gusta tomar fotos, pero odio salir en ellas.
121… Tengo pocos recuerdos de mi abuelo materno, ninguno de mi abuelo paterno, muchos de mi abuela materna y a mi abuela paterna quisiera olvidarla.
122… En la primaria me gustaba horrores mi amigo Mario Vidarte Fernandez.
123… en la secundaria, nadie realmente; en la academia Lloy me llamaba la atención y en la universidad… Juan Carlos, pero perdí la cabeza por Rubén.
124… Prefiero hacer las cosas yo misma para estar segura de que saldrán como quiero… debo cambiar eso.
125… Era extremadamente responsable, pero ahora me doy licencias.
126… No me gustan los tacones.
127… Casi siempre hago reír al grupo.
128… Tengo memoria de elefante para los hechos pero olvido fácilmente los rostros.
129… Nunca he dicho una grosería, pero ganas no me faltan.
130… Lo que más odio es que me digan una hora para llegar sabiendo que no podrán estar ahí y llegarán tarde.
131… Me encantan los hombres Koreanos… no todos, pero sí muchos.
132… y de ellos Martín es el más churro, lindo y gentil.
133… Mis latidos cardíacos son perfectos, como para una enciclopedia –según un cardiólogo-.
134… Soy alérgica a muchas cosas, sobretodo al polvo y a los ácaros.
135… Mi frase favorita es: ECHANDO A PERDER SE APRENDE.
136… Dicen que soy muy inocente… ¡no lo creo! Pero lo han dicho tantas veces que voy a terminar haciéndolo.
137… jamás olvidaré el 26 de mayo del 2007. Un sueño se me hizo realidad.
138... el mejor y más dulce beso que he recibido me lo dieron en un paradero de taxis, por Metro de la Panamericana Norte.
139… Te agradezco el tiempo invertido en leer esto, pero si llegaste hasta aquí es porque me quieres mucho o eres muy curios@.
140… luego agregaré más cosas.
Charito

viernes, 25 de abril de 2008

UNA FRASE

"NUESTRA MISIÓN EN EL MUNDO NO ES TENER EXITO, SINO SEGUIR FRACASANDO DE BUEN HUMOR".

Robert Louis Stevenson

LITERATURA: "LA FLAUTA LLORA"

Este viejo flautista tiene calva de santo,
luenga barba apostólica y humildoso mirar,
Y en el nocturno encanto
las notas de su flauta son cual gotas de llanto,
de ese llanto que pocos sabemos derramar.
Lágrimas de la flauta callejera y errante
donde florece el mágico milagro de emoción,
la sagrada armonía, la voz alucinante
que desborda el raudal de nuestro corazón.


Han visto muchas tierras esos ojos hundidos;
terruño, amor, amigos, ya todo lo perdió,
y plañen en su flauta de añorantes gemidos
las amables memorias del buen tiempo que huyó.
¡Oh vieja flauta maga, que evoca el vago encanto
de los amores muertos y del país natal,
y a veces rompe en llanto
el melódico silbo de cristal!
Le grita la canalla: -Toca, viejo flautista-.
y él toca adolorido, con ensueño, con fe,
y solloza en su flauta toda su alma de artista
y la canalla llora y no sabe por qué. . .


La luna va vertiendo la plata de su llanto
en su barba apostólica y en su calva de santo.
Es alta noche, está la calle solitaria:
sigue el mendigo músico con su amarga canción.
Sus ojos tienen una claridad visionaria
y hay en su flauta un amplio derroche de emoción,
porque la toca sólo para su corazón;
y en la copla añorante, melancólica y leda,
plañe su vida errante, y su mala fortuna,
y por la vieja flauta, una lágrima rueda
que parece de plata al claror de la luna.

Emilio Carrere

QUÉ PASÓ ESTA SEMANA

"Si damos crédito para vivienda a terceros, ¿por qué nosotros no podemos también gozar de ese beneficio?", ese parece ser el sencillo razonamiento que tuvieron los empleados del Banco de Materiales.

Lamentablemente siguen descubriéndose casos de corrupción en las instituciones públicas, no es un problema de tal o cual gobierno, la viveza, la criollada, están enquistadas en el Estado, conviven con nosotros, son un pesado lastre que nos hemos acostumbrado llevar por siglos, pero eso debe terminar. Debemos reconocer que se han dado pasos en ese sentido, siendo la prensa la abanderada en esa lucha y el gobierno, por inercia, secundándola, tímidos pasos, pero pasos en fin.

MIS TEXTOS:"PAPI"

Así como llevamos a la tumba el recuerdo de un “amor que no fue”, todos llevamos a la tumba el recuerdo de un “cariño perruno”.

Fue un cariño a primera vista, de niño temía a la oscuridad y a dormir solo, el pequeño can terminó con mia miedos, durmiendo al pie de la cama, y muchas veces sobre ella.

Lejanos están aquellos tiempos de triciclos y primeras bicicleteadas, Papi tenía sus “puntos” entre mis compañeros de juego, a quienes correteaba según su ánimo, aunque más de una vez tuve que evitar que alguno de ellos le lanzara una piedra o lo golpeara con un palo, un pequines no impresiona mucho. También era curioso verlo enfrentar a perros mucho más grandes, claro que en esos casos siempre estuve presto a auxiliarlo.

La suerte le sonrío a mi pequeño amigo, una de sus congéneres llegó a casa, con la cual formó familia y aunque fue un “pisado”toda su vida, creo que pasó muy buenos momentos.

Pasó el tiempo, llegaron los dieciocho y en ese lapso de tiempo mi peludo amigo apareció en multitud de fotos, pero el ingreso a la universidad cambio muchas cosas, ya casi no lo veia , se le cayeron varios dientes y estaba casi ciego, al verlo tan desmejorado evoqué viejos tiempos, lo tomé en mis brazos, subí a una combi y lo llevé al parque zonal, lo dejé correr, aunque lo tuve que sacar de más de hoyo, compartimos antiguas golosinas, las que le gustaban (pastel y chupetes). Después de una tranquila mañana regresamos a casa. Demás está decir que en la combi no fuimos bien vistos, ¿habrá sido por el barro?, la señorita de lado no se quejó. Pero escuché algo que dijo un niño y tantas veces escuché en el pasado; algo que me hizo muy feliz y que habría hecho feliz a mi perro, si entendiera el lenguaje humano:
- ¡Qué bonito perro!

A las pocas semanas murió; y que me disculpe mi abuela, que falleció por esos días, pues lloré más por el perro que por ella, no recuerdo haber derramado tantas lágrimas por nadie, había muerto mi perro, fueron casi once años, se había ido lo último que me quedaba de niño.

Una noche soñé con él, sabía que era un sueño, después de subir a una montaña, lo vi correr en un hermoso valle, lo tomé fuerte y bajé con él, pero al llegar al pie de la montaña ya no estaba.

Espero verte luego amigo.

Beto

sábado, 12 de abril de 2008

UNA FRASE

"LA VERDADERA AMISTAD ES COMO LA FOSFORECENCIA, RESPLANDECE MEJOR CUANDO TODO SE HA OSCURECIDO".

Rabindranath Tagore

LITERATURA: "EL GUANTE"

En los estrados del circo
do luchan monstruos deformes,
sentado el monarca augusto
está con toda su corte.
Los magnates le rodean
y en los más altos balcones
forman, doncellas y damas,
fresca guirnalda de flores.

La diestra extiende el monarca;
ábrese puerta de bronce,
y rojo león avanza
con paso tranquilo y noble.
En los henchidos estrados
clava los ojos feroces,
abre las sangrientes fauces,
sacude la crin indócil
y en la polvorosa arena
tiende su pesada mole.

La diestra extiende el monarca;
rechinan los ferreos goznes
de otra puerta , y ágil tigre
salta al palenque veloce.
Ruge al ver la noble fiera
que en el circo precedióle
muestra la roja graganta,
agita la cola móvil,
gira del rival en torno,
todo el redondel recorre,
y aproximándose lento,
con rugido desacorde,
hace lecho de la arena
do yace el rey de los bosques.

La diestra extiende el monarca;
se abre al punto puerta doble,
y aparecen dos panteras
tintas en rubios colores.
Ven tendido al regio tigre,
y en contra raudas corren:
más el león da un rugido
y a sus pies tiéndense inmóviles

Desde la alta galería
blanco guante al sitio donde
las terribles fieras yacen,
revolando cayó entonces;
y la bella Cunigunda,
la más bella de la corte,
a un gallarde caballero
le decía estas razones:
"Si vuestro amor es tan grande
cual me juraís día y noche,
recoged el blanco guante,
como a un galan corresponde".

Silencioso el caballero,
con altivo y audaz porte,
desciende a la ardiente arena,
teatro de mil horrores;
avanza con firme paso
hacia los monstruos feroces,
y con temeraria mano
el blanco guante recoge.

Voz de júbilo y asombro
los callados aires rompe,
y damas y caballeros
aplauden al audaz joven.
Ya sube al lucido estrado,
ya está en los altos balcones,
ya se dirige a la bella,
ya con ojos seductores
Cunigunda le promete
de amor los supremos goces;
mas el altivo mancebo
grita: "Guarda tus favores";
el guante al rostro le arroja,
y huye de ella y de la corte.

Federico Schiller

QUÉ PASÓ ESTA SEMANA

Miguel Angel Cornejo, el famoso conferencista mejicano, visitó nuestro país esta semana y tuve la oportunidad de verlo.
El Estadio nacional estuvo repleto, ya no se llena ni cuando se juega el clásico Alianza - U y cada vez menos gente va a ver a la selección de futbol, no tenía donde sentarme.
Nada nuevo, las mismas frases de siempre con otro ropaje, las mismos chistes, los mismos personajes. Pero por un momento hizo que esas 40 000 almas creyeran que eran especiales, que algo mejor les esperaba, que tuvieran un sueño, por algo se empieza.
Buena, Miguel Angel.

MIS TEXTOS: "GALLOS"

Todos mis familiares quisieron sentarse juntos para realizar el viaje en bus a la segunda ciudad del país, pero no se pudo, así que mi cuñado y yo tendríamos que sentarnos con algún extraño. A él tocó un tío sin pelo que durmió casi todo el viaje, mi suerte fue distinta.

- Creo que ese es mi lugar- me dijo risueña una joven de unos veintitantos años.
- Eh, no me di cuenta, de aquí hay una buena vista- respondí.
Era cuestión de tiempo para entablar una buena conversación, pensé, el viaje duraría más de diez horas, así que habría suficiente tiempo para romper el hielo.

- Trabajo en una tienda de está ciudad, es una cadena con tiendas en varias ciudades, hacemos todo tipo de impresiones, me enviaron a la capital para asistir a charla sobre marketing- me contó.
- ¿Aprendiste mucho?, ¿te puedo tomar un examen?- le pregunté.
- Todo está en mi cuaderno- contestó mientras sonreía.
Al cabo de unos minutos ya hablábamos como buenos amigos.
- Mi padre es un artesano, has visto esas figuras de nacimiento.
- Ah y también cría gallos, tiene más de cincuenta y antes tenía más, cuando era niña, junto a mi hermano acompañábamos a mi padre al coliseo, ganaba dinero, aunque también perdía.

Me agradó escuchar la pasión y naturalidad con la que hablaba, dándome detalles de la crianza de dichos animales, empecé a recordar mi experiencia con los gallos.

En el tiempo en que se estaba construyendo mi casa, mis visitas a la ferretería se hicieron muy frecuentes, pero no crean que el servicio que prestaba a mi padre me desagradaba, todo lo contrario, aunque por distraido más de una vez perdí el dinero y me ganaba un coscorrón, la ferretería que visitaba tenía dos pisos, estaba llena de materiales y herramientas, pero lo que más me gustaba era un estante pegado a la pared lleno de gallos, el dueño era un hombre de treinta años, con la paciencia suficiente para responder todas las preguntas que un niño le pudiera hacer sobre dichos animales, disfrutaba dichas charlas.

- Señor, en mi casa también crío animales, mi corral está lleno de patos.
- ¡Qué bien!- me contestaba-.- A ellos tienes que criarlos con bastante agua- agregaba.
Mi amistad con el ferretero fue creciendo y pasó por mi mente la idea de hacer un trueque, que sucedería si le propusiera un cambio, que me diría si le propusiera cambiar uno de mis patos por una de aquellos hermosos gallos.

Lamentablemente no tuve la oportunidad de hacer dicha propuesta, mi amigo el ferretero falleció de un enfermedad, de esas que un niño no entiende aún.

Sin embargo todavía me quedaba el consuelo de ver los gallos, pero ya no pude verlos, en mi siguiente visita, la que me atendió fue su joven viuda, los gallos se habían hecho humo, no atreví a preguntar.

Al cabo de un breve tiempo, la joven viuda se comprometió nuevamente, la ferretería cerró y nunca más volví a verla.

La charla con mi bella amiga continuó durante toda la noche, casi no dormimos, fingimos estar en un campamento. Por supuesto, durante mi estancia en aquella lluviosa ciudad, volví a ver a mi nueva amiga varias veces, pero esa es otra historia.

Beto

sábado, 5 de abril de 2008

UNA FRASE

"HAY DOS MANERAS DE DIFUNDIR LA LUZ: SER LA LÁMPARA QUE LA EMITE, O EL ESPEJO QUE LA REFLEJA".

Lin Yutang

LITERATURA: "EL LOBO"

Vean ahí lo que nos refirió el viejo marqués de Arville, a los postres de la comida con que inaugurábamos aquel año la época venatoria en la residencia del barón de Ravels.
Habíamos perseguido a un ciervo todo el día. El marqués era el único invitado que no tomó parte alguna en aquella batida, porque no cazaba jamás.
Durante la fastuosa comida casi no se habló más que de matanzas de animales. Hasta las señoras oían con interés las narraciones sangrientas y con frecuencia inverosímiles; los oradores acompañaban con el gesto la relación de los ataques y luchas de hombres y bestias; levantaban los brazos, ahuecaban la voz.
Agradaba oír al señor de Arville, cuya poética fraseología resultaba un poco ampulosa, pero de buen efecto. Es indudable que habría referido muchas veces, en otras ocasiones, la misma historia, porque ninguna frase lo hizo dudar, teniéndolas todas ya estudiadas, muy seguro de producir la imagen que le convenía.
-Señores: yo no he cazado nunca; mi padre, tampoco; ni mi abuelo ni mi bisabuelo. Este último era hijo de un hombre que había cazado él solo más que todos ustedes juntos. Murió en 1764, y voy a decir de qué manera.
"Se llamaba Juan, estaba casado y era padre de una criatura, que fue mi bisabuelo; habitaba con su hermano menor, Francisco de Arville, en nuestro castillo de Lorena, entre bosques.
"Francisco de Arville había quedado soltero; su amor a la caza no le permitía otros amores.
"Cazaban los dos todo el año sin tregua, sin descanso y sin rendirse a las fatigas. Era su mayor goce; no sabían divertirse de otro modo; no hablaban de otro asunto: sólo vivían para cazar.
"Dominábalos aquella pasión terrible, inexorable, abrasándolos, poseyéndolos, no dejando espacio en su corazón para nada más.
"Habían prohibido que por ninguna causa los interrumpieran en sus cacerías. Mi bisabuelo nació mientras perseguía su padre a un zorro y, sin abandonar su pista, Juan de Arville murmuró:
"-¡Recristo! Bien pudo esperar ese pícaro para nacer a que yo termine.
"Su hermano Francisco se apasionaba aún más en su afición. Lo primero que hacía en cuanto se levantaba era ver a los perros y los caballos; luego, entreteníase disparando a los pájaros en torno del castillo hasta la hora de salir a caza mayor.
"En la comarca llamábanlos el señor marqués y el señor menor; entonces los aristócratas no establecían en los títulos -como ahora la nobleza improvisada quiere hacerlo- una jerarquía descendiente; porque no es conde un hijo de marqués ni barón un hijo de vizconde, como no es coronel de nacimiento el hijo de un general. Pero la vanidad mezquina de los actuales tiempos lo dispone así.
"Vuelvo a mis ascendientes.
"Parece ser que fueron agigantados, velludos, violentos y vigorosos; el joven aún más que su hermano mayor, y tenía una voz tan recia, que, según una opinión popular que le complacía, sus gritos agitaban toda la verdura del bosque.
"Y, al salir de caza, debieron de ofrecer un espectáculo admirable aquellos dos gigantes, galopando en dos caballos de mucha talla y brío.
"El invierno de 1764 fue muy crudo y los lobos rabiaron de hambre.
"Atacaban a los campesinos rezagados, rondaban de noche alrededor de las viviendas, aullaban desde la puesta de sol hasta el amanecer y asaltaban los establos.
"Circuló un rumor terrible. Hablábase de un lobo colosal, de pelo gris, casi blanco; que había devorado a dos niños y el brazo de una mujer; había matado a todos los mastines de la comarca y, saltando las tapias, oliscaba sin temor alguno bajo las puertas. Ningún hombre dejó de sentirlo resoplar; su resoplido hacía estremecer la llama de las luces. Invadió la provincia un pánico terrible. Nadie salía de casa de noche ni al anochecer. La oscuridad parecía poblada en todas partes por la sombra de aquella bestia...
"Los hermanos de Arville, resueltos a perseguir y matar al monstruo, dispusieron grandes cacerías, invitando a los nobles de la región.
"Todo fue inútil; ni en los bosques ni entre las malezas lo hallaron jamás. Mataban muchos lobos, pero aquél no aparecía. Y cada noche, al terminar la batida, como para vengarse, la bestia feroz causaba estragos mayores, atacando a un caminante o devorando alguna res; pero siempre a distancia del sitio donde lo buscaron aquel día.
"Entró una de aquellas noches en la pocilga del castillo de Arville y devoró los dos mejores cerdos.
"Juan y Francisco reventaban de cólera, suponiendo aquel ataque una provocación del monstruo, una injuria directa, un reto. Con sus más resistentes sabuesos, acostumbrados a perseguir temibles bestias, aprestáronse a la caza, rebosando sus corazones odio y furor.
"Desde el amanecer hasta que descendía el sol arrebolado entre los troncos de los árboles desnudos, batieron inútilmente los matorrales.
"Regresaban furiosos y descorazonados, llevando al paso las cabalgaduras por un camino abierto entre maleza, sorprendiéndose de que burlase un lobo toda su precaución y poseídos ya de una especie de recelo misterioso.
"Juan decía:
"-Esa bestia no es como las demás. Parece que piensa y calcula como un hombre.
"Y contestaba Francisco:
"-Acaso conviniera que nuestro primo el obispo bendijese una bala, o que lo hiciese algún sacerdote de la región, rogándole nosotros que pronunciase las palabras oportunas.
"Callaron y, después de un silencio, advirtió Juan:
"-Mira el sol, qué rojo. La fiera no dejará de causar algún daño esta noche.
"Apenas había terminado la frase, cuando su caballo se encabritó; el de Francisco giraba. Un matorral, cubierto de hojas marchitas, crujió, abriendo paso a una bestia enorme y gris que, saliendo rápidamente de su escondrijo, internose al punto en el bosque.
"Los dos de Arville articularon una especie de rugido que demostraba su fiera satisfacción y encogiéndose, inclinados hacia adelante, pegándose al cuello de sus briosos caballos, impulsándolos con todo su cuerpo, los lanzaron a la carrera, excitándolos, arrastrándolos, enloqueciéndolos de tal modo con las voces, con sus movimientos, con la espuela, que los hercúleos caballeros, como si un ímpetu gigantesco los condujera volando, parecían arrastrar entre las piernas a sus caballos, que iban a escape, tocando en el suelo con el vientre, haciendo crujir los matorrales y salvando las torrenteras, encaramándose por escarpadas pendientes y descendiendo por angostas gargantas. Los caballeros hacían resonar las trompas con toda la fuerza de sus pulmones, llamando a sus criados y a sus perros.
"De pronto, en aquella furiosa y precipitada persecución, tropezó mi abuelo con la cabeza en una rama que le abrió el cráneo y cayó sin sentido, mientras el caballo continuaba su carrera loca, desapareciendo en la densa oscuridad que iba envolviendo el bosque.
"Francisco de Arville paró en seco y se apeó, cogiendo en brazos a su hermano; vio que por la herida, entre la sangre, asomaba también el cerebro.
Entonces, apoyándolo sobre sus rodillas, contempló el rostro ensangrentado, las facciones rígidas, inertes, del marqués. Poco a poco un miedo lo invadió, un miedo extraño que no había sentido nunca. Temía la oscuridad, la soledad, el silencio del bosque; hasta llegó a temer que apareciera el fantástico lobo, que se vengaba de aquella persecución tenaz de los Arville haciendo morir al mayor de los hermanos.
"Espesaban las tinieblas; el frío, agudo, hacía crujir los árboles. Francisco se incorporó, tembloroso, incapaz de permanecer allí más tiempo, sintiéndose casi desfallecer. No se oía nada; ni ladridos de perros ni voces de trompa; todo estaba mudo en el invisible horizonte, y aquel silencio taciturno de una helada noche tenía bastante de horroroso y extraño.
"Alzó entre sus manos de coloso el cuerpo gigantesco de Juan, atravesándolo sobre la silla para llevarlo al castillo; montó y se puso en marcha, despacio, sintiendo una turbación semejante a la embriaguez, perseguido por espectros indefinibles y espantosos.
"De pronto, una forma vaga cruzó el sendero que la nocturna oscuridad invadía. Era la bestia. Una sacudida brusca, un verdadero espanto agitó al cazador; algo frío, como una gota de agua, se deslizó sobre sus riñones; y, como un ermitaño que ahuyenta a los demonios, el caballero hizo la señal de la cruz, desconcertado ante aquella temible aparición del espantoso vagabundo. Pero sus ojos refrescaron su memoria, presentándole a su hermano muerto; y, de pronto, pasando en un instante del miedo al odio, rugió furiosamente y espoleando al caballo lanzose tras el lobo.
"Lo siguió entre los matorrales, por las torrenteras y a través de bosques desconocidos. Galopaba con la vista penetrante, clavada en la sombra que huía; tropezaban en los troncos y en las rocas la cabeza y los pies del muerto atravesado en la silla. Le arrancaban el cabello las zarzas y salpicaba con sangre los árboles, golpeándolos con la frente; las espuelas rechinaban y hacían saltar chispas de los pedruscos.
"De pronto, la bestia y su perseguidor salieron del bosque y se lanzaron a un valle cuando aparecía la luna en lo alto del monte; un valle pedregoso, cerrado por enormes rocas. No hallando fácil salida por aquella parte, la bestia retrocedió.
"Francisco no pudo contener un alarido estruendoso de alegría, que los ecos repitieron como repiten el rodar de un trueno, y saltó a tierra empuñando el cuchillo de monte.
"La bestia, con los pelos erizados y arqueado el cuerpo, lo aguardaba. Pero antes de comenzar el combate, cogiendo el cazador el cuerpo de su hermano, lo apoyó entre unas rocas, y sosteniéndole con piedras la cabeza, que parecía una masa de sangre cuajada, le dijo a voces, como si hablara con un sordo:
"-¡Mira, Juan! ¡Mira eso!
"Y se arrojó sobre la bestia. Sentíase bastante poderoso para levantar en vilo una montaña, para triturar pedernales entre sus dedos. La bestia quiso hacer presa en él, procurando arrimar su hocico al vientre del cazador; pero éste la tenía sujeta por el cuello y la estrangulaba tranquilamente con la mano, sin acordarse del cuchillo, gozándose al sentir los ahogos de su garganta y las palpitaciones de su corazón. Reía, reía más, cuanto más apretaba; reía gritando: '¡Mira, Juan! ¡Mira eso!' Ya no hallaba resistencia: el cuerpo del monstruo cedía con blandura. Estaba muerto.
"Entonces Francisco lo alzó, y acercándose a su hermano con aquella carga inerte dejó caer un cadáver a los pies de otro cadáver, diciendo, conmovido y cariñoso:
"-Toma, Juan; tómalo; ahí lo tienes.
"Después colocó en la silla los dos cuerpos y se puso en marcha.
"Entró en el castillo riendo y llorando, como Gargantúa cuando el nacimiento de Pantagruel. Pregonaba la muerte de la bestia con exclamaciones de triunfador y gritos de gozo; refería la muerte de su hermano, gimiendo y arrancándose las barbas.
"Y, pasado el tiempo, cuando hablaba de aquella noche fatal, decía con lágrimas en los ojos:
"-¡Si al menos hubiese podido ver el pobre Juan cómo estrangulé al otro, es posible que muriera satisfecho! ¡Estoy seguro!
"La viuda educó a su hijo haciéndolo odiar la caza y ese odio se ha transmitido hasta mí de generación en generación."
El marqués de Arville había terminado. Alguien preguntó:
-Esa historia es una leyenda, ¿verdad?
Y el marqués respondió:
-Aseguro que todo es cierto, que todo ha ocurrido.
Y una señora dijo con dulzura:
-De cualquier modo, agrada oír contar que alguien se apasiona fieramente.

Guy de Mauspassant

QUÉ PASÓ ESTA SEMANA

Juan Diego Flores, el tenor peruano reconocido mundialmente, contraera matrimonio este fin de semana en la Catedral de Lima, no ha faltado por ahí, alguien que hiciera una comparación entre la novia del tenor con la princesa lady Diana, la idea no es tan descabellada, si bien es cierto en nuestro país no existe realeza desde ya varios siglos, tenemos la tendencia crear nuestro propios iconos, símbolos de elegancia, clase y éxito.LLenarlos de admiración, elogios y en algún momento, también despotricar de ellos, la ideas es tener de quien hablar.

¡Qué viva la Reyna!

MIS TEXTOS: "HACER DE NUEVO"

Hace unos días presente un trabajo escrito, requisito previo para seguir un curso de perfeccionamiento.
- Tome asiento-me dijo la coordinadora-.
- Aparte de estos requisitos necesitas presentar un trabajo escrito siguiendo estas especificaciones.
- El trabajo escrito, aquí está- respondi con seguridad y suficiencia- quería impresionar a mi nueva maestra.-Seguí los criterios que aparecian en la hoja de requisitos-continue.
Después de un breve lapso de tiempo, la coordinadora giro la cabeza de un lado a otro.
- No... debes cumplir con estas especificaciones.
-Pero revise, está parte me parece muy rescatable - varias horas me habia costado elaborar el bendito trabajo y no estaba dispuesto a que se fuera al tacho así nomás- además a mi me parecia bueno.
- Todo texto tiene algo que se puede rescatar- concluyo.

Me hizo remontar a mi época universistaria. Estaba alli parado frente al profesor Shimankuro.
- Profesor, ¡ he sacado 11 ! ¡revise!.
- El examen esta bien corregido, esa es tu nota.
Se supone que soy bueno elaborando textos, como era posible.
- Has utilizado la palabra ambivalente, ¿me puedes decir qué es ambivalente? continuo.
- Que puede puede interpretarse de dos maneras- argüi rápidamente ante ese inesperado examen oral- no me iba a dejar así nomás.
- No es exacto, se refiere a opuestos, positivo o negativo por ejemplo.
Ante semejante demostración de sabiduría, tuve que aceptar la realidad, yo no era tan bueno como había pensado, me faltaba mucho, di media vuelta y me retiré.

La coordinadora cogío un lápiz y escribió sobre mi texto algunas ideas sueltas que, según ella, me podrían servir. Nunca se termina de aprender pensé, mientras sonreía recordando el incidente con mi viejo profesor oriental.

Beto

sábado, 29 de marzo de 2008

UNA FRASE

"TODOS NACEMOS ORIGINALES Y MORIMOS COPIAS".

Carl Gustav Jung

LITERATURA: "SUEÑOS"

Lo que ocurre, doctor, es que en mi caso, los sueños vienen por ciclos temáticos. Hubo una época en la que soñaba con inundaciones. De pronto los ríos se desbordaban y anegaban los campos, las calles, las casas y hasta mi propia cama. Fíjense que en mis sueños aprendía a nadar y gracias a eso sobreviví a las catástrofes naturales. Lamentablemente, esa habilidad tuvo una vigencia sólo onírica, ya que un tiempo después pretendí ejercerla, totalmente despierto, en la piscina de un hotel y estuve a punto de ahogarme.

Luego vino un periódo en que soñé con aviones. Más bien, con un solo avión, porque siempre era el mismo. La azafata era feúcha y me trataba mal. A todos les daba champan, menos a mí. Le pregunté por qué y ella me miró con un rencor largamente prolongado y me contestó: «Vos sabés bien por qué». Me sorprendió tanto aquel tuteo que casi me despierto. Además, no imaginaba a qué podía referirse. En esa duda estaba cuando el avión cayó en un pozo de aire y la azafata feúcha se desparramó en el pasillo, de tal manera que la minifalda se le subió y pude comprobar que abajo no llevaba nada. Fue precisamente ahí cuando me desperté, y, para mi sorpresa, no estaba en mi cama de siempre sino en un avión, fila 7 asiento D, y una azafata con rostro de Gioconda me ofrecía en inglés básico una copa de champán. Como ve, doctor, a veces los sueños son mejores que la realidad y también viceversa. ¿Recuerda lo que dijo Kant? «El sueño es un arte poético involuntario.»

En otra etapa soñé reiteradamente con hijos. Hijos que eran míos. Yo que soy soltero y no los tengo ni siquiera naturales. Con el mundo como está. Me parece un acto irresponsable concebir nuevos seres. ¿Usted tiene hijos? ¿Cinco? Excuse me. A veces digo cada pavada. Los niños de mis sueños eran bastante pequeños. Algunos gateaban y otros se pasaban la vida en el baño. Al parecer, eran huérfanos de madre, ya que ella jamás aparecía y los niños no habían aprendido a decir mamá. En realidad, tampoco me decían papá, sino que en su media lengua me decían «turco». Tan luego a mí, que vengo de abuelos coruñeses y bisabuelos lucenses. «Turco vení», «Turco, quero la papa», «Turco, me hice pipí». En uno de esos sueños, bajaba yo por una escalera medio rota, y zas, me caí. Entonces el mayorcito de mis nenes me miró sin piedad y dijo: «Turco, jodete». Ya era demasiado, así que desperté de apuro a mi realidad sin angelitos.

En un ciclo posterior de fútbol soñado, siempre jugué de guardameta o golero o portero o goalkeeper o arquero. Cuántos nombres para una sola calamidad. Siempre había llovido antes del partido, así que las canchas estaban húmedas y era inevitable que frente a la portería se formara un laguito. Entonces aparecía algún delantero que me fusilaba con ganas y en primera instancia yo atajaba, pero en segunda instancia la pelota mojada se escabullía de mis guantes y pasaba muy oronda la línea de gol. A esa altura del partido (nunca mejor dicho), yo anhelaba con fervor despertarme, pero todavía me faltaba escuchar cómo la tribuna a mis espaldas me gritaba unánimemente: traidor, vendido, cuánto te pagaron y otras menudencias.

En los últimos tiempos mis aventuras nocturnas han sido invadidas por el cine. No por el cine de ahora, tan venido a menos, sino por el de antes, aquél que nos conmovía y se afincaba en nuestras vidas con rostros y actitudes que eran paradigmas. Yo me dedico a soñar con actrices. Y qué actrices: digamos Marilyn Monroe, Claudia Cardinale, Harriet Anderson, Sonia Braga, Catherine Deneuve, Anouk Aimée, Liv Ullmann, Glenda Jackson y otras maravillas. (A los actores, mi Morfeo no les otorga visa.) Como ve, doctor, la mayoría son veteranas o ya no están, pero yo las sueño como aparecían en las películas de entonces. Verbigracia, cuando le digo a Claudia Cardinale, no se trata de la de ahora (que no está mal) sino la de La ragazza con la valiglia, cuando tenía 21. Marilyn, por ejemplo, se me acerca y me dice en un tono tiernamente confidencial: «I don't love Kennedy. I love you. Only you». Sepa usted que en mis sueños las actrices hablan a veces en versión subtitulada y otras veces dobladas al castellano. Yo prefiero los subtítulos, ya que una voz como la de Glenda Jackson o la de Catherine Deneuve son insustituibles.

Bueno, en realidad vine a consultarle porque anoche soñé con Anouk Aimée, no la de ahora (que tampoco está mal) sino la de Montparnasse 19, cuando tenía unos fabulosos 26 años. No piense mal. No la toqué ni me tocó. Simplemente se asomó por una ventana de mi estudio y sólo dijo (versión doblada): «Mañana de noche vendré a verte, pero no a tu estudio sino a tu cama. No lo olvides». Como voy a olvidarlo. Lo que yo quisiera saber, doctor, es si los preservativos que compro en la farmacia me servirán en sueños.
Porque ¿sabe? no quisiera dejarla embarazada.

Mario Benedetti

QUÉ PASÓ ESTA SEMANA

Ayer fui a una entrevista, requisito previo para seguir una maestría, la entrevista no tuvo la tensión de una entrevista de trabajo, hasta fue placentera. Pero tome la desacertada decisión de regresar a casa por una de las tantas vías donde la Municipalidad está realizando obras, algunas detenidas y otras que avanzan a paso de tortuga, todo un calvario, fueron minutos de fastidio de incomodidad, de tiempo perdido, por las enmarañadas vías alternas.

Nuestra Municipalidad, tiene licencia de corso, por las principales pistas simplemente no se puede circular, será mucho pedir que se realice un trabajo serio, será mucho pedir que tengan en cuenta el malestar y perjuicio causado al ciudadano.

Un simple: "DISCULPE LA MOLESTIA, GRACIAS POR DEJARNOS TRABAJAR" no basta, Señor Alcalde.

MIS TEXTOS: "EL HIJO DE BRUCE LEE"

Eso de ser el más pequeño del salón, y peor, el nuevo, es un problema. No se que tenían contra mi mis padres, pero lo hicieron, ahí estaba yo frente a un viejo profesor, junto a mi madre, dando mi primer examen de ingreso,todo por ser aún pequeño.
- Escribe papá y mamá -me decía el profesor -¿pero por qué no me pregunta algo más difícil?- pensaba yo - mi abuelo me preguntaba ya de Colón y Pizarro.
- ¿Qué animal es este?- continuaba.
- Esto es un burro- respondía yo -en realidad era un caballo, pero pertenecían a la misma familia ¿o no?Después de este ligero examen, ya estaba adentro.

El examen no me puso nervioso, más nervioso me puso el que mi madre haya soltado mi mano y por algo de media hora estuve perdido en el colegio más grande de todo el cono norte. Al final me llevaron a la Dirección, donde mi madre me recupero.Alguien por ahí me dijo que soy algo presumido (entre otras cosas), algo de cierto debe haber, pues al final del primer día de clases me la juraron para la salida y yo bocón respondí.- Ustedes a mi, ¡Eso quiero verlo!Y vi bien negro, dos me cogieron por los brazos y uno me pegó sin asco. Al final del día llegue a mi casa con pasto en la boca.

No se por qué la gente no me quería, será porqué yo tampoco los quería mucho. Así que pagaba protección, en primaría tenía mi seguridad, creo que llegue a pagar veinte centavos diarios.En la secundaria me bastó con hacerme amigo del brigadier del aula, prestarle unos cuadernos y ser su secretario.Con todos estos antecedentes decidí aprender a defenderme, en la U no sería lo mismo. Cerca de la U había un dojo de karate, me inscribí y estuve uno buenos meses, aprendí algo y además conocí a compañeros y maestros muy curiosos.
- Nosotros practicamos karate para sentirnos bien y vernos bien-decía uno, que se pasaba la mayor parte de la clase viéndose en los grandes espejos.
- ¿Qué hace UD viéndose en el espejo-decía otro, maestros tan dispares confunden.Pero el mejor y más terrible era otro que tenía la costumbre de coger un grueso garrote y ver terminar nuestra rutina de ejercicios, en aquel tiempo mejoré mucho de los bronquios .Además este maestro me confundía con otro alumno que había tenido, me llamaba por otro apellido, yo le seguía la corriente, aunque parece que el otro alumno era algo relajado, pues siempre me lo recalcaba.Llegaron los campeonatos y participe en algunos, el primero se realizó en un gran coliseo, lleve mi barra, mi cinturón blanco no impresiono mucho a mi oponente, quien parecía el hijo de Bruce Lee, era un practicante de Kung Fu y tenia una vestimenta roja con un estampado dorado de un dragón, este hizo llover sobre mi una lluvia de puñetes y patadas, la verdad en aquel momento no sentí nada, después dolió, sólo esperaba salir con el menor daño posible, por suerte las peleas son cortas.

El segundo torneo donde participe se realizó en una losa deportiva, en un barrio lejano de la ciudad, mi cinturón ya había sufrido varias mutaciones de color, ahora conseguí ganar dos peleas, ¡dos!, y quedé entre los cuatro primeros, para ser sincero tuve suerte en los emparejamientos.Ese fue mi corto paso por la defensa personal, finalmente termine aceptando mi naturaleza pacifica.
Amor y paz.

Beto

sábado, 22 de marzo de 2008

UNA FRASE

"LA TOLERANCIA ES UN CRIMEN CUANDO LO QUE SE TOLERA ES LA MALDAD".

Thomas Mann

LITERATURA: "HE ANDADO MUCHOS CAMINOS"

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gente que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos
descansan bajo la tierra.

Antonio Machado

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Se está exigiendo a los comerciantes de mercados y plazas que pongan una pizarra con los precios, como una manera de frenar su alarmante subida, la medida además de pintoresca, nos da una muestra de sus limitaciones del gobierno. El señor AlanGarcía es sin duda un político de primer nivel, pero de estadista, no tiene mucho.

Nuestro país atraviesa un momento excepcional, ningún gobierno anterior tuvo los recursos que el actual tiene, la situación exige un timonel con gran muñeca, para que esta bonanza no sea una de las tantas que atravesó nuestro país y que al final no dejaron más que un bello recuerdo. Las regiones se impacientan, aquellos que no gozan de el crecimiento también, los grandes problemas nacionales como salud, educación , servicios, infraestructura, poder judicial, siguen pendientes.
¿Hasta cuándo?

MIS TEXTOS: "LA CHACHA"

Como algunos de ustedes saben, mi madre ha recaido con las varices, motivo por el cual ahora volvemos a tener una chacha. Desde que éramos niños, siempre tuvimos alguna persona que ayude a mamá, primero porque somos seis hermanos, y todos en escalerita, y segundo, porque al vivir en una zona industrial nos obligaba a todos a dar una manito en el negocio familiar y descuidar las cosas de la casa.

Panchita fue una de las personas mas pintorescas que nos acompaño, tenia dos o tres años mas que yo (algo de quince), su piel era tostada, tenia el cabello largo, unos ojos dificiles de distinguir, baja estatura, un cuerpo pequeno en forma barrilito y pegado a el una cabeza ancha y redonda. En el tiempo que estuvo con nosotros, se sucedieron anecdotas que fueron memorables. Mi familia y yo tenemos poca costumbre de ir a la playa, creo que somos quisquillosos a la arena y al sol.En una de esas escasas salidas playeras Panchita nos acompano, no se si fue por curiosidad, tal vez era la primera vez que veia el mar,el caso es que Panchita ingreso al mar de la mano de una de mis hermanas, la mas nerviosa, puede atestiguarlo su siquiatra,ahora expareja, esta hermana mia, al ver el agua al nivel de su cuello, literalmente se trepo en Panchita y aplasto su cabeza dentro del agua. - Auxilio! – dijo mama. Yo que nunca aprendi a nadar, tampoco me interesaba mucho, ante la emergencia, meditaba en ir más allá de mis límites, mis rodillas, por suerte un muchacho y luego un salvavidas hicieron el trabajo dificil. La chacha se gano un regaño y mi hermana un gran susto.

Una que me hizo a mi, fue la visita sorpresiva que hizo a mi cole. Todos tenemos cierto recelos y yo debo confesar que desde chico me gustaba evitar los roches. Aquel dia olvide una cartulina para una exposicion de geografia, uno de mis cursos favoritos, desde chico siempre tuve un mapamundi dentro de mi cabeza, incluso mi maestra ya me habia licenciado de la ultima evaluacion. Mi madre tuvo la grandiosa idea de enviarme la cartulina con Panchita. En el cambio de hora, mientras todos salian a tomar un poco de aire, hubo un revuelo en la puerta del aula. Te busca tu novia… (Me reservo el apodo).Ahi estaba Panchita frente a mi, sudorosa, agitada y en su cara se combinaban una mueca de miedo y otra de verguenza. No me dijo nada, me dio la cartulina y corrio lo mas rapido que pudo, jamas pense que esas piernas cortitas fueran tan agiles, mi colegio es uno de los gigantes de Lima y pude contemplar un buen rato su carrera, mis compañeros rieron a costa mia y lo peor, las chicas del aula y de las otras secciones se ganaron el pase,todos mis amores platonicos juntos, mi reputación estaba arruinada. De regreso a casa Panchita me evito un rato. Luego me dijo que nunca mas volveria a entrar a mi colegio y por suerte asi fue.

Beto

sábado, 15 de marzo de 2008

UNA FRASE

"LA FELICIDAD DE LA ABEJA Y EL DELFÍN ES EXISTIR. LA DEL HOMBRE ES SABER ESO Y MARAVILLARSE".

Jacques Yves Costeau

LITERATURA: "EL ALBASTROS"

Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!¡
Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!

El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

Charles Baudelaire

QUÉ PASO ESTA SEMANA

Se dieron los resultados del concurso de nombramiento docente, como se esperar, los resultados fueros desastrosos, se habla de 151 docentes aptos, 151 de casi 190 000, habría que reparar que la prueba fue distinta a las que se tomaron anteriormente, que era toda una novedad que una institución como ESAN, especializada en administración de empresas, formulara dicha prueba, pero no se puede tapar el Sol con un dedo, las pruebas están ahí, no tenemos docentes preparados para las exigencias de hoy. Pero la responsabilidad no es sólo de los maestros, a poner las barbas en remojo.

MIS TEXTOS:"ESTA VEZ NO"

Pidieron que salgamos de la ciudad y busquemos otro lugar, pidieron que dejemos la ciudad para derruirla piedra por piedra… no lo haremos, esta vez no, nuestra ciudad es tan magna como la suya y más antigua. Nuestra primera reina consiguió la tierra con mucho ingenio, toda la extensión que cubra la piel de un buey dijo, ja ja ja, aquel tonto rey bárbaro creyó que estos fugitivos venidos de tierras tan lejanas estaban delirando, no fue así y tuvo que cumplir con lo que ofreció.

Pronto nuestra ciudad creció y se hizo rica, dinero, dinero es lo mejor que sabemos hacer y comerciar, nuestros barcos, nuestros veloces barcos, guiados por las estrellas y bordeando las costas llegaron tan lejos como nadie había llegado; nuestras hogueras se encendieron en todas las playas, alcanzamos las tierras del estaño, del cobre y de la plata; conocimos pueblos que para otros son sólo leyenda, como los famosos tartesios; nuestros ojos vieron bestias fabulosas antes que ningún otro, recuerdo aquellos que asemejan hombres, cubiertos de pelo, que no pronuncian palabra y que viven desnudos en lo profundo de las selvas.

Sembramos grano, elaboramos dulce vino, trabajamos el vidrio, fabricamos joyas, tintes, vasijas y armas, todo lleva nuestro sello. Cargamos barcos, caballos, camellos, elefantes y los llevamos por el mundo. También aprendimos a pelear, no nos gusta, odiamos la guerra, le tememos, nuestros ancestros preferían pagar tributo, pero nosotros estábamos hartos de eso. Peleamos, primero para defendernos de los salvajes que nos rodean, y que aún nos ven como extraños y luego luchamos para crecer y cumplir con nuestro destino. Cuando pudimos, pagamos mercenarios,odiamos la guerra, nuestro ejercito y nuestra flota consiguieron victorias en todo el mundo conocido. Pero apareció aquel pueblo de campesinos que empezó a crecer y arrebatarnos lo nuestro, tratamos de vencerlos, luego solo buscamos pactar y vivir en paz.

Perdimos la guerra, quisieron arruinarnos y nos exigieron mucho oro, dinero, dinero es lo que mejor sabemos hacer… ¡pagamos! Pidieron nuestras armas, rehenes, pero quieren más, nos temen, nuestra ciudad, siempre floreciente, no parece una ciudad vencida, quieren destruirnos, piensan que estamos construyendo una nueva flota, alguna vez nuestro puerto albergó cientos de naves, podríamos intentarlo de nuevo, pero ya no queremos pelear.Se oye el silbido de las flechas y el golpe de las espadas, están escalando nuestras murallas y tirando las puertas, los defensores empiezan a caer, ya falta poco, pero no huiremos, no dejaremos la costa y la tierra que nos acogió, estos nuevos muros que ahora tienen siglos y que son nuestros, esta vez no, esta vez nos quedaremos…
Pasados lo siglos, de aquella tierra no se halló piedra sobre piedra.

Beto